El contraste: el primero, un paisaje sobrecogedor, con laberintos, cabezos y hundimientos -Reserva de la Biosfera-; el segundo, multitud de fuentes y frondosas hayas, robles y abedules; los Sotos de Alfaro, meandros del Ebro y más de cien nidos de cigüeñas sobre la colegiata; cata de vinos en bodega centenaria, juderías y morerías de Tudela y Tarazona -Conjuntos Histórico Artísticos-, con dos catedrales espectaculares, Bienes de Interés Cultural… con cena de nochevieja, cotillón y fiesta organizada por el hotel