Hay lugares en el mundo que son especiales. Lanzarote tiene algo diferente que va más allá de lo que se pueda encontrar en cualquier destino de sol y playa. Una isla en la que la naturaleza y el arte van de la mano, un lugar en el que sus gentes sienten y viven el compromiso y orgullo de pertenecer a ella, en donde la comida sabe a mar y a campo, una isla cuya esencia deja huella.