Propuesta de algunas paradas imprescindibles en la capital y la provincia que invitan a pasear, descansar y desahogarnos de las altas temperaturas alrededor de naranjos, jacarandas, palmeras y fuentes. Todo ello acompañado de esculturas y estilos arquitectónicos.
El Parque de Mª Luisa merece la primera mención. Sus terrenos pertenecieron al Palacio de San Telmo pero a finales del XIX fueron donados a la ciudad. Fueron diseñados en su mayor parte por el arquitecto y paisajista Jean Nicolas Forestier al estilo del Romanticismo. Pueden encontrarse especies botánicas muy singulares, como el ombú y el parasol de china. Plaza de España, Museo Arqueológico y de Artes y Costumbres de Sevilla (con su espectacular arquitectura Mozárabe) se encuentran inmersos en el parque.
Los Jardines de Murillo son una parada necesaria en el recorrido del visitante que va a admirar Sevilla y su historia, a su paso se encuentran azulejos, piedras e inscripciones curiosas para los más curiosos.
El Parque del Alamillo, uno de los más solicitados para largos paseos en bicicleta y jornadas en familia, que además cuenta este verano con un programa de conciertos gratuitos.
Otros parques interesantes en la capital: el Parque Miraflores, los Jardines de la Buhaira (con arquitectura que se remonta al periodo del reinado de Al-Mutamid), el Parque de los Príncipes, Palacio de las Dueñas y el Parque Amate.
A muy pocos kilómetros de la capital, en Castilleja de Guzmán el mismo autor que trabajó en el Parque de Mª Luisa, trabajó en el Jardín del Colegio Mayor Santa Mª del Buen Aire, muestra de su particular estilo: en él confluyen laberintos y arriates, glorietas y florales que buscan despertar sensación de sublimidad.
Muy cerca, en Castilleja de la Cuesta se encuentra el Arboreto, magnífico jardín botánico en el que podemos admirar más de 500 especies que se encuentran casi como en su entorno natural.
Al otro lado del Aljarafe, en la cornisa este de la capital, Dos Hermanas alberga las últimas —no por ello menos interesantes— propuestas: la Alquería del Pilar, capricho del poeta José Lamarque de Novoa en el XIX y la Hacienda de la Torre de Dª María.