El castillo se encuentra situado sobre un cerro natural, al noroeste de su núcleo histórico, apareciendo en tiempos antiguos unido a las murallas defensivas de la villa, del que constituía como una alcazaba.
Se organiza sobre un terreno de planta sensiblemente regular, casi un rectángulo, con una torre en cada esquina más otras intermedias en los lados noroeste y suroeste, con muros que en su parte superior presentan adarve o camino de ronda de 1,60 metros de ancho, con almenas "encapuchadas". La altura de estas murallas oscilan desde un mínimo de 4 metros hasta un máximo de 15 metros, según el terreno.
Todo el conjunto se abre hacia el interior del "Patio de armas", mediante una puerta abocinada que se quiebra formando el ángulo de la torre Este y continúa hacia la torre Sur.
La pieza más importante que se conserva es la Torre del Homenaje, una soberbia construcción de planta casi cuadrada, cubierta en su planta baja por una bóveda de paños octogonales sobre trompas, y en su planta superior por una bóveda vaída.
El castillo presenta elementos arquitectónicos de tipo islámicos que pudieran ser de la época almohade, si bien se sabe que fue muy reformado posteriormente, pues su importancia militar fue muy grande. De hecho, con la reconquista de Sevilla de 1248, Utrera se convierte en plaza estratégica de primer orden dentro de la línea fronteriza, por lo que el Concejo de Sevilla mandó su reforzamiento con piedra y ladrillo, por lo que también presenta notables elementos góticos, como las bóvedas antes citadas .