SIERRA DE HUÉTOR
En el centro de la provincia de Granada, y a escasos 20 kilómetros de la capital, se encuentra el Parque Natural Sierra de Huétor. Un conjunto de sierras de media altura, donde se alternan estrechos barrancos, arroyos, tajos y calares que forman un relieve complejo debido a la naturaleza caliza del terreno que determina la abundancia de formaciones kársticas.
En ellas, el agua se filtra hasta las entrañas de la montaña originando galerías y cuevas donde se acumula, como ocurre en la conocida Cueva del Agua. Posteriormente, emana en forma de manantiales como sucede en Fuente Grande.
Dos de los ríos que recorren estos parajes son el Darro y el Fardes, donde en este último existe trucha común y se ha convertido en un lugar de reunión para los aficionados a la pesca deportiva. Uno de los principales atractivos de este parque natural es su facilidad de acceso, así como las numerosas pistas forestales que lo recorren, haciendo de él uno de los espacios naturales más visitados de la geografía granadina. Pinares, encinares, quejigales, zonas de matorral y bosques de ribera componen un valioso mosaico donde encuentran abrigo una gran variedad de especies, muchas de ellas de un gran interés de conservación, como raros endemismos botánicos o especies emblemáticas y amenazadas como la cabra montés o el águila real.
El Parque Natural Sierra de Huétor cuenta con muchos otros alicientes aparte de su valiosa naturaleza, ya que es un lugar con un rico pasado histórico-cultural, especialmente gracias a su inestimable legado musulmán junto con el inconfundible sabor serrano de los pueblos de su entorno: Alfacar, Beas de Granada, Cogollos Vega, Diezma, Huétor Santillán, Nívar y Víznar.
De la cultura árabe se conservan legados como acequias, alquerías o los baños árabes de Cogollos Vega, mientras que en el pueblo de Víznar se puede visitar el neoclásico Palacio del Cuzco, declarado Monumento Nacional.
Diezma es un estupendo mirador de Sierra Nevada. Este lugar permite el disfrute de los aficionados a la fotografía, ya que desde aquí se captan unas bellas panorámicas de la sierra vecina. También se podrán identificar en vuelo apareces como el águila real, cuyo majestuoso vuelo resulta inconfundible.
Para reponer fuerzas, hay que degustar la gastronomía típica del lugar, desde el tradicional pan de Alfacar, el exquisito alimoje con bacalao o las famosas gachas con miel.
Vestigio de la historia reciente son las numerosas trincheras construidas durante la Guerra Civil Española, auténticos miradores naturales desde donde se divisa las mejores panorámicas de este espacio.