La isla más occidental de las 7 islas canarias, la tierra más occidental de España. La punta de Orchilla, donde Ptolomeo consideraba en el siglo II que el cielo se hundía en el mar, en el fin del mundo conocido. También, en 1634, destacados geógrafos y matemáticos decidieron que, en todos los mapas del mundo, la punta de Orchilla se señalara como el “meridiano cero”.
Paraíso de biodiversidad, la isla ha apostado por un modelo de desarrollo sostenible que le ha llevado a rechazar, en su momento, proyectos como el radar militar que se pretendía instalar en los altos de Malpaso o la lanzadera de satélites que el INTA proyectaba instalar en la isla. Esta decidida apuesta ha hecho que la UNESCO haya declarado a la isla en su conjunto como RESERVA MUNDIAL DE LA BIOSFERA desde el año 2000 y GEOPARQUE MUNDIAL, desde 2015.
Y es que, como decimos, El Hierro es un paraíso. Su peculiar y, a veces, rara belleza nos cautivará. Centenares de conos volcánicos, grandes campos de lava, piscinas naturales, vegetación relicta que abarca desde los bosques de laurisilva y de fayal brezal a la vegetación semi desértica. Una extensa red de senderos, algunos de ellos desde tiempos inmemoriales, cubre muchos lugares recónditos de la isla y enlazan poblaciones y caseríos perdidos. Como curiosidad, el famoso sendero GR-10 europeo acaba aquí. Menos de 11.000 personas habitan los 268 km2 de la isla. Su altura máxima es el pico Malpaso, con 1.501 m. y el clima, como en toda Canarias, está condicionado por estos relieves geográficos y por la presencia de los vientos alisios. Más de 500 conos volcánicos se encuentran a cielo abierto y otros 300 cubiertos por las lavas y escorias. Una rica flora y fauna se da cita en la isla y entre ellas numerosos endemismos. Unido a esto, El Hierro es famoso por sus fondos marinos contando con algunas fosas de más de 1000 metros de profundidad a tan sólo 2 km de la costa.