La fábrica Harinera del Guadaíra se puso en funcionamiento en 1934. Tenía como objetivo industrializar la producción de este alimento manteniendo la calidad que ofrecía la que se producía en los molinos del río Guadaíra, pero en una cantidad mucho mayor. Se trata de un edificio totalmente autosuficiente. Contaba con su propio generador, un manantial de agua que aseguraba el suministro y que era una de las claves de la calidad de su producción e incluso contaba con un apeadero para el tren que pasaba justo al lado. Estuvo en funcionamiento hasta 1992. El edificio y la maquinaria fueron concebidos de forma paralela, de forma que la arquitectura está en función de la misma. Ambos elementos resultan testimonios muy interesantes.