Con textos de Alfonso Zurro, este espectáculo dirigido por Juan Motilla e interpretado por la Compañía de Teatro Clásico de Sevilla, conduce al visitante por los rincones más espectaculares del Alcázar a través de diversas historias relacionadas con Murillo. El público se traslada con los actores a 1633, 1729 y 1767 y recorre jardines y palacios, redescubriendo el Alcázar a través de una espectacular iluminación que juega con los elementos arquitectónicos y decorativos. Se trata de un montaje que aúna patrimonio, teatro y espectáculo audiovisual para homenajear al maestro en su cuarto centenario.
La representación transcurre por el Patio de la Montería –‘El joven Murillo’. Estamos en el año 1633 y al joven Bartolomé Esteban Murillo, de 15 años, le ha sido denegada la marcha a América. Acude al Corral de Comedias de la Montería donde trabaja como cómico un familiar suyo, el cual le solicitará pintar teloncillos y otros artificios para el teatro–, el Palacio del Rey Don Pedro –‘Comprar Murillos’. En 1729 Felipe V y su corte se instalan en el Alcázar. Es el llamado lustro real de Sevilla. La reina, Isabel de Farnesio, coleccionista de arte, sabe que en las Colecciones Reales no poseen ninguna obra de Murillo, al que admira. Y ahora que está en Sevilla, va a intentar comprar todos los cuadros de él que le sean posible– y finalizará en torno a los Jardines y el Palacio Gótico –‘La exposición de murillos’. En el año 1767 Pablo de Olavide es enviado por Carlos III a Andalucía para proyectos de colonización y de culturización. Olavide instalado en el Alcázar, organiza a menudo tertulias al modo francés que adquieren fama y renombre. En el año 1774, estando ya cerca el primer centenario de la muerte de Murillo, planea para la fecha una gran exposición de sus cuadros en el Alcázar–.
Los personajes que aparecen en la visita son: