Son días de encuentro y reunión de los suflireños que viven dentro y fuera del pueblo.
Se celebran misas, procesiones, y por la noche conciertos y bailes, así como otras muchas actividades lúdicas y recreativas. Es en este momento cuando el pueblo rebosa más actividad vitalidad y bullicio. La marcha de los veraneantes traerá de inmediato sin embargo la nostalgia de su presencia.