tradiciones
Columna de Silencio
Por
Francisco Manuel Pérez Estepa
Post #3

Una gran columna de silencio es el verano, donde las ideas se ponen en ida, dan un paseo por los sentimientos. Sevilla sabe reposar el tiempo, pero en verano lo hace con más ahínco. Empeño sin buscarlo, para dar explicación a la vida.

Decía Antonio Santiago, a sus costaleros cada madrugada cuando tocaba el martillo de la Esperanza Macarena, corred y abrazad y besad a los que queréis, porque mañana puede ser tarde. Un certero y hermoso consejo que yo expando en estos días de verano. Usemos la tecnología para cubrir nuestras necesidades, para que nos acerquen a los que están lejos, que no nos alejen de los que están cerca, pero que no sirvan para suplantar los sentimientos y la amistad.

Las sordas evasiones de nuestra raza, arroja heroísmo nómade, dando supremos designios. Y en esta columna veraniega se alzan las hondas grutas. La rubia primavera elige como siempre a su patrona Virgen de los Reyes con el verbo de la sombra que brasa.

El sigilo de agosto custodia la inmensa blancura de Sevilla. El cielo repite lirio en sus atardeceres y la tranquilidad hace meditar nuestros días. La antigua Hispalis agradece las cosechas proficuas que da el paraíso.

Estamos sumergidos en la final de sin caballos de la Real Maestranza con una terna ilusionante que se alzara como triunfadora con los nombres de Uceda Vargas, de la Escuela Taurina de Camas, Jaime González – Écija, de la Escuela Taurina de Écija, Calmet Solal «Solalito», de la Escuela Taurina de Campo de Gibraltar. Jueves, 25 de julio a las 21.30 día de Santiago y cierra, España!. El significado de la frase es, por una parte, invocar al apóstol Santiago, patrón de España y también llamado Santiago Matamoros, y por otro, la orden militar cierra, que en términos militares significa trabar combate, embestir o acometer; «cerrar» la distancia entre uno y el enemigo. Por cierto hablando de enemigo, la ganadería será de Jandilla.

Y los abuelos del niño Jesús duermen en Triana, Santa Ana. Con su Velá. En estos meses calurosos va calando en el tiempo la hoja del cuchillo que va abriendo valles en los campos del alma, ¿Recuerdas? Eran los días, que ahora se nos presentan en sepia, como el si el color del cielo lo hubiésemos descubierto en el amanecer de la juventud. Son los años que nos dictan los momentos, que nos llevan al recuerdo, que se aferra en retenernos en el instante preciso, para hacerla eterna, en el acharolado papel donde quedó impávidamente definida. Ahora la tienes apresada en tus manos, dándole forma en el calor de agosto, convertidas en valija donde se salvaguarda la memoria.

Hoy la capilla del Baratillo abre, como cada día de toros, para que entren los toreros o novilleros ¿Cuántas veces iluminaste su cara y alama con tu sonrisa, Caridad?  No lo recuerda ni el capiller, que también evocar ilusión u alegría para quien se juega la vida.   Un vértigo recorrerá tus entrañas hasta confundirte, hasta aturdirte. Florecerán las emociones y experimentarás un desasosiego, una eclosión de añoranzas que se irán adueñando de tu voluntad y te perderás en el conjunto de las antiguas tradiciones.

Las gotas de calor desvirtúan el mundo que se presenta tras los espejos, vislumbras a lo lejos el escenario, el lugar donde la vida se lució. A lo lejos en el horizonte ves comenzado el otoño mojando de nostalgias. Desafiando las borrascas del cedro. Ahora sí, es el momento. Nivela los antros, no las cimas. Alza tu blanca vela, sobre el egregio mástil de la Fe. El árbol duerme aun en la semilla. Alza la mirada conjugando la claridad de este tiempo. Emociones que retornan en este verano de felicidad. Bautizando perfumes vitales de deseos.

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