Cándida Garbarino, de ascendencia genovesa y nacida en Cádiz, se interesó por el arte desde joven, influenciada por su padre y la obra de Miguel Ángel. Formada en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Cádiz y en la Escuela Superior de Bellas Artes de Sevilla, su estilo evolucionó del dibujo académico al uso expresivo del color. Inspirada por los expresionistas abstractos como De Kooning y Pollock, su obra se caracteriza por la prioridad de la mancha de color sobre la forma, donde las figuras emergen espontáneamente del lienzo. Aunque su pintura madura es cercana al expresionismo naturalista con inclinaciones hacia la abstracción, Candi mantiene un vínculo con la figura primitiva y el concepto subyacente. Su trabajo, sin un plan previo, es una exploración de las sensaciones a través del color, utilizando distintos soportes como madera, lienzo o papel para expresar su creatividad.