7 de Diciembre
Capilla de los Marineros
Salida (15:00), Pureza, Plaza del Altozano, Puente de Triana, Reyes Católicos, Pastor y Landero, López de Arenas, Adriano, Arfe, Puerta del Arenal, García de Vinuesa, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, Plaza Virgen de los Reyes y Entrada Catedral (20:00).
Basílica del Cristo de la Expiración
Salida (16:00), Castilla, San Jorge, Callao, Plaza del Altozano, Puente de Triana Reyes Católicos, Pastor y Landero, Adriano, Arfe, Puerta del Arenal, García de Vinuesa, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, Plaza Virgen de los Reyes y Entrada Catedral (21:00).
8 de Diciembre
Basílica de la Macarena
Salida (0:00), Plaza de la Esperanza Macarena, Resolana, Feria, Relator, Alameda de Hércules, Trajano, Plaza del Duque de la Victoria, Campana, O’Donnell, Plaza Magdalena, Méndez Núñez, Plaza Nueva, Plaza de San Francisco, Hernando Colón, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, Plaza Virgen de los Reyes y Entrada Catedral (6:45).
Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder
Salida (6:30), Plaza de San Lorenzo, Conde de Barajas, Trajano, Plaza Duque de la Victoria, Plaza de la Campana, O´Donnell, Plaza Magdalena, Méndez Núñez, Plaza Nueva, Plaza de San Francisco, Hernando Colón, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, Plaza Virgen de los Reyes y Entrada Catedral (8:45).
La salida del cortejo de la procesión de clausura comenzará a las 16:00 horas del día 8 de diciembre y discurrirá por el recorrido común establecido:
Plaza Virgen de los Reyes • Plaza del Triunfo • Miguel Mañara • Santo Tomás • Avenida de la Constitución • Almirante Lobo • Paseo de Colón
Todos los horarios que a continuación se relacionan hacen referencia a los pasos de las imágenes participantes en la procesión.
Catedral de Santa María de la Sede
Salida (16:20), RECORRIDO COMÚN (Hasta la Plaza de la Maestranza) (18:45). Inicio desde la Plaza de la Maestranza (21:30), Antonia Díaz, Puerta del Arenal, García de Vinuesa, Alemanes, Cardenal Amigo Vallejo, Plaza Virgen de los Reyes y Entrada Catedral (22:45).
La imagen de la Virgen de los Reyes, Patrona de la Diócesis de Sevilla, fue realizada a tamaño natural (176 centímetros). Su autor es anónimo, estando fechada su ejecución en la primera mitad del siglo XIII. Esta imagen se realizó con madera de alerce, cuyas fracciones y modelado es de estilo gótico y estando atribuida a la escuela francesa, lo que ha llevado a pensar que fue donada por Luis IX de Francia a su primo hermano Fernando III de Castilla. Es una escultura totalmente articulada en cuello, brazos, piernas y torso, originalmente la imagen podía levantarse y bendecir al pueblo. Su posición es sedente.
Su cabeza está enriquecida con cabellos de hilo de oro trenzado, no siendo visibles por la vestimenta. Sobre su lecho sostiene una imagen del Niño Jesús, realizada también en el siglo XIII, de 60 centímetros de altura. La Virgen normalmente porta como aderezos el bastón de mando del Ayuntamiento, la medalla de la ciudad y el fajín de capitán general.
Basílica de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder
Salida (16:40), RECORRIDO COMÚN (19:35), Reyes Católicos, Puerta de Triana, San Pablo, Plaza de la Magdalena, O´Donnell, Campana, Plaza Duque de la Victoria, Jesús del Gran Poder, Conde de Barajas, Plaza de San Lorenzo y Entrada (22:00).
El Señor es una imagen de su tiempo, una escultura moderna en toda la extensión del término, pues es evidente reflejo de las doctrinas para la creación de las obras de Arte dictadas por el Concilio de Trento, cuyo ejemplo y relevancia es fundamental para la conmoción, aprendizaje y sentimientos del pueblo. Pero es una imagen contemporánea a la vez, pues sus fundamentos como imagen devocional han crecido con el paso de los siglos hasta su dimensión actual. En ese sentido, como en el estilístico, el Gran Poder marca un punto de inflexión en la escultura que hasta entonces ilustra las creaciones del cambio del s. XVI al XVII, cuyo referente había sido el clasicismo y humanismo, —Montañés en Pasión y en el Cristo de la Clemencia o el mismo Mesa en 1620 con el Crucificado de la Buena Muerte para la Compañía de Jesús—, tornando hacia un arte más temperamental, en el que la fuerza arrasa hacia un realismo que es cercano al pueblo, que conecta con sus sentimientos. Las imágenes, como la de Jesús del Gran Poder, llegan a ser dinámicas, reales y cercanas, tanto en los retablos en los que se veneran cada día, como en las calles, sobre los pasos y andas procesionales, en una genialidad espiritual insuperada.
Culminada la belleza formal del Manierismo, la escultura exenta barroca sevillana alcanza en la efigie de Nuestro Padre Jesús del Gran Poder una expresividad única, especialmente marcada en su rostro y en sus ojos, que son plenitud de amor, de esperanza y de firmeza ante los designios de la vida; marcada por la emotividad y el dramatismo, que se plasma aquí en la zancada poderosa que lo aturde camino de la muerte, haciendo presagiar un desenlace dramático, pero tomada con la resignación con la que amorosamente envuelve con sus manos el madero que será de su sacrificio, sabiendo que la gloria será tras la muerte; marcada por el realismo patético que se nutre de la plástica de los estudios del natural, como lo muestran las heridas de su rostro, la corona de la serpiente del pecado que Él derrota que se enrosca imbricada en su cabeza, las espinas que traspasan la ceja y con ella su mirada de amor, y las que lo hieren en la frente y la oreja, llevando al espectador y devoto hacia un espíritu penitencial en el que Cristo dialoga con el hombre, le muestra resignadamente su destino y lo acoge inundando de ternura y de firmeza al que lo presencia. “El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame”. (Mateo, 16:24; Marcos, 8:34).
Parroquia de San Andrés
Salida (17:00), RECORRIDO COMÚN (19:55), Reyes Católicos, San Pablo. Plaza de la Magdalena, Méndez Núñez, Plaza Nueva, Tetuán Velázquez, O´Donnell, Campana, Martín Villa, Villasís, Orfila, Daoiz, Plaza San Andrés y Entrada (0:30).
La imagen, obra del imaginero sevillano Sánchez-Cid, es tallada en 1938, a semejanza de la Virgen medieval perdida en la última Guerra Civil. Ha contado con cofradía al menos desde el siglo XVI, que es la responsable de organizar unos rituales centrados actualmente en el 25 de marzo, onomástica de la advocación titular, y en la fiesta principal del 8 de septiembre que es cuando se celebra la romería, si la imagen está en el santuario, o la procesión si está en el pueblo.
La Virgen de Setefilla es de las pocas imágenes romeras andaluzas que aún no tiene plenamente formalizado el tiempo de traída, estancia en el pueblo y regreso al santuario. Los estatutos vigentes recogen la norma, establecida en 1958, de que ha de traerse a los cinco años de su retorno a la ermita, debiendo permanecer en Lora del Río no más de dos años. Desde comienzos del siglo XVIII estas traídas vienen precedidas de un peculiar ritual: se convoca al pueblo con el toque de campana de la ermita de Santa Ana y, colectivamente, se pide la venida de la imagen al cura párroco de la Asunción, hermano mayor de la cofradía. Hasta su renuncia a este privilegio, en 1979, también el Ayuntamiento debía autorizar la llegada de la imagen. Con el paso del tiempo, esta demanda popular genera una de las tradiciones más queridas por los loreños: la petición del viejo. Hasta 1980, cuando la hermandad acuerda que la realice el hermano más antiguo de la misma, la petición la hacía el loreño de más edad que fuera vecino de la calle Roda de Arriba.
Iglesia Colegial del Salvador
Salida (17:20), RECORRIDO COMÚN (20:15), Reyes Católicos, Santas Patronas, López de Arenas, Adriano, Arfe, Puerta del Arenal, García de Vinuesa, Alemanes, Álvarez Quintero, Argote de Molina, Placentines, Francos, Villegas, Plaza del Salvador y Entrada (1:00).
El 23 de Noviembre de 1248, tras 16 meses de asedio, el Rey San Fernando entró victorioso en la Ciudad y, cumpliendo su promesa, en la cumbre del Cerro de Cuarto, también llamado “Buenavista”, hizo labrar una capilla, de estilo mudéjar, en la que colocó la imagen de la Virgen que, en recuerdo de la angustiada invocación del rey, se denominó “de Valme”. A sus pies colocó el pendón del rey moro de Sevilla, que actualmente se conserva en la Parroquia de Santa María Magdalena, y ha sido fuente de inspiración para la adopción de la Bandera de la Ciudad.
Se trata de una imagen de madera, de 0,67 cms. de altura, policromada y estofada, que puede datarse según los entendidos, en la iniciación de la Baja Edad Media. El Profesor Hernández Díaz indica que es muy difícil enjuiciar la evolución de la imagen que, como en tantos casos análogos, fue vestida en la época del barroco, alterando para ello su primitiva traza. En 1894 acometió su restauración el escultor Adolfo López, con la colaboración del pintor Virgilio Mattoni, siendo posible que el Niño se modelara de nuevo en esta época.
Tal como hoy se advierte, la expresión de la imagen, el plegado de los paños, modelado, proporción y demás elementos artísticos recuerdan obras del primer momento gótico con fórmulas que fueron propias del período artístico anterior.
Iglesia de Nuestra Señora de Consolación (Los Terceros)
Salida (17:40), RECORRIDO COMÚN (20:35), Reyes Católicos, Puerta de Triana, San Pablo, Pz. Magdalena, O´Donnell, Campana, Martín Villa, Villasís, Imagen, Santa Ángela de la Cruz, Gerona, Capataz Manuel Santiago, Plaza de los Terceros, Sol y Entrada (2:10).
La venerada imagen de Ntra. Sra. de Consolación es una talla pequeña de virgen sedente de estilo tardobizantino, que se remonta a finales del siglo XIV, aunque se modificó su apariencia externa posteriormente para adaptarla a los gustos del barroco imperante en la baja Andalucía. A pesar de este cambio a erguida y revestida de ricas telas, no se menoscabó la gran devoción centenaria que recibía desde los comienzos de su veneración en esta campiña sevillana.Era una época en la que Utrera se llenaba con personas procedentes de todos los rincones cada 8 de septiembre, una devoción a la Virgen que incluso cruzó el océano y se convirtió en una de las advocaciones más conocidas del continente americano. El fervor popular se tradujo en romerías de más de treinta mil personas en una época en la que España apenas contaba con seis millones de habitantes.
En el siglo XVIII, el rey de España, Carlos III prohibió su romería por los desórdenes y altercados que se provocaban y la imposibilidad de controlar a un número tan importante de personas en un lugar tan reducido. A partir de ahí, comenzó otra historia para la Patrona de Utrera, una más local, aunque aún a día de hoy, son varios millares de peregrinos los que vistan su santuario como testigos de su pasado y como muestra de que su devoción aún perdura después de tantos siglos de historia y tantas vicisitudes. Son muchos los hijos de Utrera que vienen a visitarla cada día, así como multitud de foráneos que mantienen viva esta veneración por transmisión familiar o de sus respectivos pueblos. Esta imagen es de gran devoción también para los obispos diocesanos, sacerdotes, religiosos y religiosas. Entre ellos los sacerdotes utreranos de todos los tiempos que, como hoy, nos sentimos profundamente agradecidos a esta Madre del Consuelo que tanto ha intercedido ante su Divino Hijo, para que no faltasen vocaciones entre los hijos de Utrera.
Basílica del Santísimo Cristo de la Expiración
Salida (18:00), RECORRIDO COMÚN (20:55), Puente de Triana, San Jacinto, Santa Cecilia, San Vicente de Paúl, Áncora, Manuel Pareja Obregón, Manuel Arellano, Numancia, Tejares, Ronda de Triana y Castilla (1:45).
El Santísimo Cristo de la Expiración es de los últimos de los grandes Crucificados del barroco español. Representa el instante de su muerte, Cristo crucificado está vivo mirando a lo alto, desnudo y con el paño de pureza que sostiene una cuerda y descubre toda su silueta. Se trata de una de las figuras más perfectas de la imaginería andaluza, por dibujo, modelado, talla, policromía, verismo anatómico y magnífica expresión del rigor mortis. Su ejecución se contrató notarialmente el 1 de abril de 1682 y el imaginero debía percibir por ella 900 reales, pero consta en otro documento que percibió 1.100 reales .La talla está hecha en cedro real de Flandes y mide 1.89 m. Toda la imagen, que hincha el tórax y tensa los músculos en busca del último aliento, es movimiento y ritmo ascensional, pero «donde Gijón potencia el efecto barroco es en el paño de pureza… que resulta en extremo virtuoso». Pormenoriza los pliegues, en aleteantes fragmentos, de fina lámina.
Su imaginero fue Francisco Antonio Ruiz Gijón nacido en Utrera en 1653. En 1660, la familia se trasladó a Sevilla. Con 15 años, en 1668, ingresó como alumno en la Academia de Pintura y Dibujo promovida por Bartolomé Esteban Murillo en la Casa Lonja. Allí recibió enseñanzas de dibujo escultórico por parte de Pedro Roldán, el más importante escultor de la Sevilla de la segunda mitad del siglo XVII.
El 3 de julio de 1669, entró como aprendiz en el taller del escultor Andrés Cansino y cuando este murió se hizo cargo del taller, terminando las obras inacabadas. Ocupó el cargo de mayordomo entre 1672 y 1674.Agustín Sánchez Cid lo restauró y consolidó los ensambles en 1940. En 1947 retocó la policromía el pintor Juan Miguel Sánchez. En 1973 un incendio que se produjo en su capilla destruyó la Dolorosa y dañó gravemente el costado, pierna y talón derechos del Cristo. También quedaron dañados el paño de pureza y la policromía, siendo restaurado por los hermanos Antonio, Raimundo y Joaquin Cruz Solís.
Capilla de los Marineros
Salida (18:20), RECORRIDO COMÚN (21:15), Puente de Triana, Altozano, San Jorge, Callao, Castilla, Procurador, Alfarería, San Jacinto, Rodrigo de Triana, Pelay Correa, Párroco D. Eugenio, Pureza y Entrada (3:20).
La imagen de Nuestra Señora de la Esperanza, de 1.70 metros de altura, conserva desde sus orígenes el cuerpo y el cuello, respondiendo a las características formales de las imágenes del siglo XVII. Su autoría es incierta y en las diversas atribuciones ha pesado más lo pasional que lo científico. Los últimos estudios comienzan a arrojar cierta luz sobre un proceso en el que cada uno dejó su impronta, siendo el resultado de la misma, una dolorosa con una fuerza asombrosa, que concita el amor de todo aquel que la observa.
Triana, como centro del fervor popular a la Virgen de la Esperanza, se extiende más allá de las propias fronteras, haciéndose partícipe de su devoción universal. La dolorosa debió sufrir una importante restauración en 1816, realizada por Juan de Astorga con motivo de la inauguración de la Capilla. Algunos especialistas apuntaron que era obra de este escultor, aunque es una hipótesis actualmente en revisión. En 1898 se produjo un incendio fortuito en la Iglesia del Convento de San Jacinto, donde tenía su sede la Hermandad. Su extinción por parte del párroco y otras personas, no impidió que causara graves daños y desperfectos en la talla de la Virgen. La restauración realizada por Gumersindo Jiménez Astorga, fue la primera de las intervenciones más determinantes en la configuración de las facciones de la Virgen. Costosa y bastante compleja, otorgó a la Esperanza la mascarilla y el modelado que hoy conocemos.
Basílica de la Macarena
Salida (18:40), RECORRIDO COMÚN (21:35), Reyes Católicos, Puerta de Triana, San Pablo, Plaza de la Magdalena, O´Donnell, Campana, Santa María de Gracia, Tarifa, Amor de Dios, Correduría, Feria, Relator, Parras, Escoberos, Muro, Resolana, Plaza de la Esperanza Macarena (4:50).
La venerada Imagen de Nuestra Señora de la Esperanza Macarena es una talla anónima que se viene atribuyendo a diversos escultores del siglo XVII.
Conocida universalmente como la Macarena, por hacer suyo el nombre de su barrio, la dulzura y belleza de su rostro, expresión verdadera de la Esperanza de los cristianos, la convierten, sin duda, en la gran devoción no sólo de los miembros de esta Hermandad, sino de todos los sevillanos, y en una de las grandes devociones marianas españolas y de toda la cristiandad. Acuden a rezarle diariamente cientos de devotos y recibe continuamente visitas procedentes de todo el mundo.
Se cuentan por decenas las hermandades que la veneran como Titular dentro y fuera de nuestras fronteras y multitud de reproducciones de su Imagen preside altares en templos de los más recónditos lugares, especialmente en Hispanoamérica.