Una adaptación del cuento popular francés. La representación está dirigida a todos los públicos, y dura aproximadamente 100 minutos.
Érase una vez un príncipe que vivía en un resplandeciente castillo. A pesar de tener todo lo que podía desear, era egoísta y consentido. Una noche, una bruja lanzó un maleficio sobre él y todos lo que allí vivían. Como castigo, el príncipe fue condenado a ser una bestia, y solo podría librarse de ese maleficio si conseguía enamorarse de una chica antes de que cayera el último pétalo de una rosa encantada.