PABLO ROSAL/TEATRO DEL BARRIO
Con Hoy tengo algo que hacer nos proponemos presentar las peripecias de un héroe moderno que, siguiendo los cauces más clásicos, parte del hogar en busca de comprender qué es esto de tener una ocupación, un algo que hacer que sustenta y organiza cualquier existencia. Lejos de ser un tema anecdótico o elemental, o precisamente por esto último, se nos antoja como algo fecundísimo el poner atención sobre este fenómeno absolutamente universal, que atraviesa y fundamenta toda psique: la construcción de cualquier personalidad se basa en el tener algo que hacer, el relato de cada cual respecto al resto se sostiene en el valor y significado que le otorgamos al algo que hacer, y en un nivel todavía más básico: el día, la semana, el año, se hacen muy largos, nos piden relleno, estructura y dirección, necesitamos agarrarnos a algo que hacer para dar sentido y sustancia.
Dicho lo cual, sólo el payaso es capaz de emprender tamaña empresa con luminosidad, pues su insustancialidad fundacional e inherente, su distancia con cualquier certeza o seguridad y su inagotable curiosidad y sorpresa nos permiten adentrarnos en esta investigación que aspira a desvelar honestamente y sin ironía las motivaciones y ocupaciones que dan forma a la orgullosa y atormentada vida humana.
Mediante un relato torrencial, rico en encuentros, ocurrencias y verbo grácil, el espectáculo se propone desplegar un festín cómico y siempre poético. Para asumir el reto, no se nos ocurre nadie más atinado y poderoso que el gran Luis Bermejo. Su capacidad sugestiva, su encanto y su comicidad son un trampolín ideal para encarnar lo expuesto…
...Hemos enmasillado la vida con cosas que hacer para acallar muchas cosas. Y entonces, claro, el Arte ofrece su abrazo y su vacío, para que nos confesemos en comunidad.