MARÍA VELASCO/CENTRO DRAMÁTICO NACIONAL/TEATRE NACIONAL DE CATALUNYA
En el caso de Primera sangre se trata de abrir una ventana al mundo desde los ojos de una niña que madura rodeada de carteles de “Se busca” con la fotografía de quien pudiese ser una compañera de patio, de juegos, de vida.
Primera sangre bucea en los años de violencia sexual de los noventa, unos años que fueron especialmente terribles por los numerosos casos de víctimas de muy corta edad. De Alcàsser a A Coruña, de Valladolid a Granada, en tiempos de la Expo, cuando nacían las televisiones privadas y llegaban los ansiados Juegos Olímpicos de Barcelona.