Mientras el pintor Yoshihide realiza, por encargo del señor Horikawa, un biombo que represente las ocho regiones del Infierno Ardiente, en las que los condenados son atormentados con una infinidad de torturas en medio de llamas feroces, tienen lugar una serie de sucesos inexplicables.
Este relato, ambientado en el periodo Heian (794-1185), muestra una de las señas de identidad de Akutagawa: la actualización de narraciones antiguas para reflejar la psicología contemporánea.