Esta publicación se concibe por la decisión de Pedro Tabernero de reunir en este volumen a dos monarcas tan alejados en el tiempo como Alfonso X y su descendiente en la décima generación, Carlos I (279 años separan sus nacimientos) pareciendo, a primera vista, arbitraria. Y es que a ambos los une un sueño: ser coronado emperador del sacro Imperio Romano, rey de reyes, cuya autoridad era reconocida por la multitud de estados de la franja central de Europa, desde Holstein en el Báltico hasta Roma, desde Flandes y Borgoña hasta Prusia y Bohemia.

El volumen tiene setenta y seis páginas a todo color, de gran formato y encuadernación en tapa dura. Consta de unas 170 imágenes ilustrado por Rigoberto Ardid y estudios de expertos de la Historia como Manuel González Jiménez, Antonio Sancho Villar y Braulio Vázquez Campos.

Manuel González Jiménez, además de narrarnos detalladamente la historia del monarca Alfonso X, nos esclarece ciertos puntos de la historia: "Pero, sin duda, la gran obra poética de Alfonso X es la impresionante colección de poemas -nada menos que unos 420- contenidos en las Cantigas de Santa María. Se trata, a juicio de su editor W. Mettmann, del "cancionero mariano más rico de la Edad Media". Ya Menéndez Pelayo las había calificado como la Biblia estética del siglo XIII, por su combinación admirable de textos, música y miniaturas; y el musicólogo catalán Higinio Anglés, que tras un largo esfuerzo logró descifrar el sistema de notación empleado, considera esta obra como "el repertorio musical más importante de Europa en lo que se refiere a la lírica medieval".

En su texto, Braulio Vázquez Campos nos relata en sus primeras frases el comienzo del reinado de Carlos I: "Y en 1517, Carlos I emprendió viaje a España, desembarcando en un pequeño pueblo asturiano, Tazones, un 17 de septiembre. Era por entonces un adolescente de diecisiete años, con la cabeza llena de sueños de grandeza, cuyos modelos eran Julio César y los protagonistas de los libros de caballería. Pero sabía más bien poco de los reinos llamados a ser la columna vertebral de sus dominios. El joven príncipe no empezó con buen pie. El que podía haber sido su mejor introductor en la complicada política peninsular, el regente cardenal Cisneros, falleció el 8 de noviembre en Roa, cuando Carlos se dirigía a su encuentro. De manera que cuando éste fue a visitar a su madre en Tordesillas no pudo contar con los buenos oficios del experimentado político franciscano. De todos modos, Juana dio su consentimiento a que su hijo mayor gobernara Castilla y Aragón en su nombre.

Aquel joven no lo sabía aún, pero su largo reinado iba a tener tres vectores principales: la exitosa y rentable conformación de un imperio americano, la agridulce y costosa conservación de su imperio europeo y la amarga fragmentación de la Cristiandad a causa de la Reforma de Lutero y sus epígonos. Y en todos esos frentes se situó, actuando como eje vertebrado humano, político y económico, Castilla."

Y Antonio Sancho Villar nos recuerda al olvidado pintor del Renacimiento Rigoberto Ardid: "Vino al mundo en el campamento del ejército español durante la batalla del Garellano... El parto se produjo al son de las descargas de artillería y el entrechocar de las picas... Mostrando desde muy joven interés por el dibujo, Rigoberto se trasladó a Roma en 1519, donde encontró empleo como asistente del pintor Giulio Romano, que había sido discípulo del mismísimo Rafael... Su maestro quedó complacido con su desempeño y en 1526 Rigoberto recibió su primer encargo de importancia: pintar unos frescos en el salón de fiestas del cardenal Taddeo Grimani, que debían representar el desmembramiento de Baco a manos de los Titanes."

Pareja de Reyes puede encontrarse en la página web de Grupo Pandora (www.pandoragrupo.com.) y en librerías especializadas al precio de 35,00 Euros.