Aunque tanto los medios de comunicación como los gobiernos occidentales se han esforzado en hacernos creer que los atentados terroristas de Charlie Hebdo en París fueron exclusivamente obra de radicales yihadistas, la realidad de los atentados nos enseña una lección muy distinta.
Lo que está ocurriendo no es una guerra de religión, sino un juego geopolítico dirigido por las potencias occidentales y los Amos del Mundo.
A día de hoy, Estados Unidos, Gran Bretaña y sus socios regionales como Arabia Saudí han creado, armado, financiado, protegido y desatado el extremismo islámico sobre el mundo. Su objetivo: un cambio de orden en Oriente Medio.
Fruto de toda esta estrategia, la tensión con las naciones islámicas irá en aumento y la crisis internacional crecerá en un futuro próximo.