Dado que el derecho no es una ciencia exacta, todos los posicionamientos jurídicos son defendibles. A lo largo de este libro veremos veredictos que nos parecerán totalmente incomprensibles desde nuestras concepciones sociales y otros, totalmente afines a estas. Con ello pretendo hacer comprender que muchos de los principios fundamentales del derecho que creemos eternos e inviolables realmente son fruto de la concepción social y de la doctrina de la época concreta en que se aplican. Y no quiere ello decir que sean más o menos acertados o correctos. Simplemente son el fruto de la sociedad y el derecho de su tiempo. El mejor principio es el que sirve para alcanzar la paz social del momento en el que se aplica. Pero esto solo es una opinión personal.