Sinopsis
Cristóbal Mosquera de Figueroa (1547-1610) es un poeta tan nombrado como escasamente leído. Se le ha asociado siempre a su Sevilla natal y a Fernando de Herrera, quien fuera, junto a Mal Lara, su maestro y mentor. Sin embargo, un conocimiento más profundo de su poesía nos permite situarlo en su verdadero lugar.
En la figura de Mosquera destacan diferentes aspectos: juez de profesión (cuyos destinos lo alejaron durante gran parte de su vida de Andalucía), virtuoso vihuelista, llegó a ser preceptor de Felipe III cuando era príncipe. Muy relacionado con los diferentes círculos literarios de la época (tomó parte activa en la redacción de las Anotaciones a Garcilaso; fue amigo de Cervantes y de Alonso de Ercilla), supo cultivar - además de poesía devota - los géneros poéticos más característicos del siglo XVI.
La edición que aquí se presenta no se basa exclusivamente en el manuscrito Sedó de la Biblioteca de Cataluña, única fuente hasta ahora conocida, sino que se utiliza (aparte de testimonios parciales) otro manuscrito hasta ahora inédito que añade nuevos poemas, perteneciente a la Biblioteca del Castillo de Perelada, en Gerona.