Por vez primera se estudia un aspecto tan soslayado hasta ahora como el de los orígenes de las cofradías de penitencia, no ya desde el punto de vista meramente histórico, sino en conexión con todas las prácticas y ritos anteriores que la humanidad ha ido creando a lo largo de siglos. Han escogido los autores un total de cuarenta capítulos, como cuarenta son los días de la Cuaresma para pulsar distintos aspectos de la realidad de la Semana Santa de Andalucía a través de su antecedente más remoto.
Las procesiones de Semana Santa se convierten en el gran símbolo cultural de nuestra tierra y conectan psicológica y sociológicamente con la fenomenología religiosa precristiana. Ninguna generación puede ocultar los hechos psíquicos, por lo que las experiencias de los pueblos predisponen los modos de vivirlas, y así el cofrade ha construido su religiosidad sobre un puente directo entre él mismo y la divinidad.
Por ello, no es extraño que en esta obra, erigida como una Cuaresma dedicada a la Arqueología cofrade, se reconozcan los estratos históricos de la fiesta y la esencia litúrgica del rito, se muestre el hallazgo de varios cientos de piezas artísticas y culturales primigenias que son determinantes para reconstruir cabalmente la genuina procesión penitencial, y hallemos a Platón describiendo la procesión de Bendis, conectemos a Astarté con la Virgen de Regla, a Isis con la Macarena, al Melkart gaditano con el Gran Poder o al templo clásico con el paso de palio.