Muchas definiciones hay de Sevilla. Desde el cariño, desde el resentimiento, desde la indiferencia, desde pedestales... Sin embargo, es difícil definir esta ciudad de tantas contradicciones, de hijos enamorados de ella que le consienten un dañino estado de embelesamiento; de parientes cercanos que la emponzoñan pero no pueden vivir más allá. ¿Cuál es la realidad? Te proponemos que la pasees, te la comas, la descubras mirando la Catedral desde treinta metros de altura, atravesando bares hiperbarrocos, aprendiendo a pasar de las barreduelas árabes a la herencia del 29 y el 92, escuchando... Esperamos que nuestra propuesta sirva para forjar otra definición: la tuya.