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Durante tres días nos trasladamos al medievo, época de gran esplendor de la Villa serrana de Alanís. Se engalanan calles y balcones con pendones, banderolas, estandartes, los vecinos y vecinas adornan sus fachadas y escaparates de establecimientos públicos, la plaza se inunda de jaimas y puestos populares, vendedores de artesanía, forja, cerámica, esparto, guarnicionería, dulces, chacinas…
 
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                                     
                         
                        