SELU NIETO/TEATRO A LA PLANCHA

YA SABEMOS EL ORIGEN DE MARCA DE TEATRO A LA PLANCHA: SABEMOS DE SUS PERSONAJES DEFORMADOS, SUS MARGINADOS QUE ANHELAN UNA OPORTUNIDAD DE ALCANZAR SUS SUEÑOS. SABEMOS DE ESOS SERES QUE, VOMITANDO EXPRESIONES CONVENCIONALES REPETIDAMENTE, DEJAN AL DESCUBIERTO NUEVOS SIGNIFICADOS Y DEAMBULAN POR ESPACIOS TIERNAMENTE DESANGELADOS.

Lo que obsesiona a Selu Nieto es descubrir lo irrisorio de lo trágico, donde la comedia esté sumergida en la tragedia y viceversa, la hermosura de lo particular, lo poético como arma simbólica, para intentar así que sus almas se comuniquen con la del espectador y este se remueva en su butaca, viajando con ellos, emocionado mientras llora de risa.

Esta nueva pieza de Teatro a la Plancha, en palabras de Selu Nieto, se forma tras evaporarse las lágrimas que llevo derramadas desde julio de 2020, mes en el que murió mi padre.

Ocurrió repentinamente, en México. Debido a la epidemia mundial, no pude estar junto a él en sus últimas horas. Sus pertenencias, incluidas sus cenizas, aún siguen allí. A día de hoy, todavía no sé cuándo podré ir a recogerlas.

Escribir esta obra, no es una manera de despedirme de él sino todo lo contrario: es la única manera que encuentro para seguir sintiéndolo vivir a mi lado.