Esta obra no cuenta la muerte de mi padre. Pero sí la toma. Me toma a mí atravesando el camino de la muerte de un hombre a quien quise hasta rincones del dolor y el amor que yo misma no comprendo. Qué sabe nadie, papi. “Ningú morirà després de mi” es una obra de artes vivas resultado de la colaboración entre un arquitecto y una coreógrafa en la que se da vida a un mundo otro, en el que reflexionamos en torno a la perplejidad y nuestra relación con lo extraño. Acercando elementos que no acostumbramos a ver juntos, tratamos de desplegar un paisaje de convivencias y afectos, en el que cuerpos y objetos vuelven a aprender a relacionarse entre sí.