FLAMENCO
ADIÓS AL GIGANTE DE LA AFICIÓN FLAMENCA MANUEL HERRERA RODAS
Por
José Cenizo Jiménez
Post #76

A MANUEL HERRERA RODAS, GIGANTE DE LA AMISTAD Y DE LA AFICIÓN FLAMENCA, IN MEMORIAM

                                               José Cenizo Jiménez

                        Este fatídico 2020 nos está dando, a los del mundillo flamenco, muchos disgustos. A los derivados de la pandemia se suman los que la ley de vida nos da, el juego eterno de la vida y la muerte. Así, se nos ha ido, como el rayo, Manuel Herrera Rodas, a quien tanto queríamos, este octubre de dolor.

                        Todos los artistas y aficionados del universo jondo se han volcado, como no podía ser menos, en valorar la inmensa capacidad de trabajo de este hombre cabal que, a hombros de su honradez y esfuerzo, ha entregado al flamenco lo que el flamenco no le podría devolver. Todos subrayan su labor en lo más destacado o vistoso -la Bienal, los Jueves Flamencos de Cajasol…-, pero preferimos quedarnos con otros aspectos de su titánico e incansable esfuerzo, menos de escaparate pero muy importantes y profundos. Así, su trabajo como impulsor, junto  otros grandes aficionados,  de peña flamenca -El Pozo de las Penas de Los Palacios-, de la revista Sevilla Flamenca (donde hemos colaborado en muchas ocasiones), de la ITEAF (para ayudar a los flamencos mayores) y, especialmente, por lo que nos toca, la difusión del flamenco entre los escolares, el flamenco y su didáctica, frente en el que hemos coincidido en más de una ocasión y del que es pionero y maestro.

                        Mi recuerdo personal es gratísimo. Mi admiración es grande. Su sonrisa es un bálsamo, de tal modo unidoa su personalidad, con su señal de amistad y bonhomía, que cuando no sonreía Manuel no parecía Manuel. Manuel Herrera Rodas ha sido un grande de la afición flamenca, desde la base, para mí lo esencial de su trayectoria brillante también en la gestión. Descanse en paz y que su obra y su aportación no queden en el olvido.

FOTO: Homenaje a Calixto Sánchez en la Fundación Cruzcampo, en el que coincidimos en la mesa justo a su lado. Enero de 2016.Manuel Herrera es el primero por la izquierda. Las fotos del acto son de María del Puerto, compañera de la Tertulia Flamenca de Enseñantes "Calixto Sánchez". Y foto del gran periodista, fotógrafo y divulgador del flamenco Paco Sánchez, publicada en diferentes medios.

                        Reproducimos la entrevista que le hicimos  en 1998 para la revista “El Olivo” cuando lo nombraron director de la Bienal de Sevilla.

ENTREVISTA A MANUEL HERRERA RODAS,

               DIRECTOR DE LA BIENAL DE SEVILLA.

                                      por José Cenizo Jiménez.

(Publicada en “Entrevista a Manuel Herrera Rodas, director de la Bienal de Sevilla”,  61, noviembre 1998, pp. 31-33)

     Manuel Herrera Rodas cambió poco antes del verano su despacho de director del Colegio "Cervantes" de su pueblo adoptivo, Los Palacios, por el de director de la Bienal, en la Sala San Hermene­gildo, en pleno corazón de Sevilla. Allí nos habló de su trayecto­ria profesional, de su afición flamenca, de las ilusiones y las dificultades que encuentra en el nuevo reto que ha asumido, el más importante sin duda de su vida.

      Manolo Herrera nace en Casariche (Sevilla). Desde 1963 reside en Los Palacios y Villafranca (Sevilla), donde ha venido ejerciendo su labor docente como profesor -y director- de colegio (del "Cervantes" desde su puesta en funcionamiento en 1976). Seguro que ha hecho bien los deberes nuestro amigo, pues en 1983 le fue concedida la Cruz de Alfonso X el Sabio por S. M. El Rey de España. Si bien es importante su labor como profesor (y también como promotor cultural) en esta localidad, hemos de centrarnos en su labor dentro del mundo flamenco, donde es bien conocido y admirado. No en vano hace pocas semanas recibió el Homenaje de la Semana Cultural Flamenca de Paradas (Sevilla), que no es el primero que recibe (la revista Sevilla Flamenca, por ejemplo, ya lo homenajeó), pero quizá el más importante hasta ahora. Aunque él mismo crea que este homenaje se debe más al afecto de los paradeños y demás aficionaos, la verdad es que la variedad y riqueza de su entrega a la dignificación del Flamenco es elocuente por sí misma. Entre otros frentes de su actividad, podemos entresacar su labor en la peña "El Pozo de las penas" de Los Palacios, cofundador de la Federación Provincial de Entidades Flamencas de Sevilla y de la Confederación de Peñas Andaluzas, miembro de los Congresos de Flamencos y director precisamente de uno de los mejores celebrados (Sevilla, 1996), cofundador y Presidente de la ITEAF -que tanto defendió los derechos sociales de los viejos del Flamenco-, secretario del Jurado del "Giraldillo" de la Bienal de Sevilla y miembro del Patronato de la Bienal en su momento, miembro numerario de la Fundación "Antonio Mairena", miembro de la Sociedad de Estudios Flamencos, fundador y co-director de la revista Sevilla Flamenca durante dieciséis años, director de la producción de varios discos L. P. (Viejo caudal de cante, En la raíz del cante, De la lírica al cante, etc.), coordinador del ciclo "Conocer el Flamenco" de la Fundación El Monte, autor del libro A la sombra de la Alameda sobre la vida y obra de Eduardo el de la Malena, coautor del libro Didáctica del Flamenco, colaborador de la Historia del Flamenco de la editorial Tartessos, etc. Un hombre fundamental en la historia más reciente del devenir de las peñas flamencas, un experto gestor de determinados actos flamencos, un hombre con una gran capacidad de entrega y de trabajo...

     Empezamos preguntándole a Manuel:

J. C.: - Estás viviendo días de vino y rosas, Manuel: director de la Bienal, el Homenaje en Paradas, ¿cuál es tu estado de ánimo respecto a esto?

M. H.: - Las sensaciones se entrecruzan. Por un parte, uno advierte y agradece el cariño de los amigos, de los compañeros del Flamen­co... Te sientes halagado con un homenaje y de alguna manera ese halago te crea una responsabilidad porque ese homenaje es más fruto del cariño, del afecto, que de los méritos que uno tenga. Por eso, estoy muy agradecido, me he sentido desbordado de atenciones. Me siento contento y con un agradecimiento enorme. Las otras sensacio­nes son las de las dificultades que tiene trabajar con la maquina­ria pesada, lentísima, de la burocracia, de la Administración. Es un elefante, un paquidermo enorme. A cualquier gestión aquí es muy difícil aplicarle imaginación porque toda la imaginación viene a chocar en el mismo muro de la Administración.

J. C.: - ¿Por qué elegiste entonces, Manuel, ser Director de la Bienal?

M. H.: - Bueno, en realidad me eligieron. Pero, bueno, uno tiene que tener capacidad para saber dónde está. Yo no he llegado aquí con intención de perpetuarme, hay que salvar este interregno, me han elegido y trabajaré con dedicación e ilusión para conseguir si no todo sí que la Bienal se mantenga con el prestigio internacional que ya tiene. Elegí porque a veces se ha criticado a la ligera a la Bienal desde fuera. Todos tenemos nuestras propuestas... Hay que reconocer que José Luis Ortiz Nuevo tenía capacidad de imaginación y te das cuenta de que hay que echarle trabajo al asunto. Voy a intentar hacer todo lo posible por el mantenimiento de la Bienal.

 

    Nos cuenta que pretende acercar la Bienal al mundo de las Peñas. Para ello cree que lo importante es presentar los carteles y la programación en las mismas y conseguir poco a poco que los aficionaos de las peñas se impliquen en los espectáculos de la Bienal, a los que normalmente no suelen asistir, esa es la verdad. Otra gran preocupación del Director de la Bienal es la juventud. Para ello se convoca el Concurso de Jóvenes Artistas, se publican las obras ganadoras del concurso de ensayo flamenco para universi­tarios, se programan espectáculos con abundante presencia de jóvenes artistas, etc.          

     Preguntamos a Manuel si se ha interesado por otras facetas distintas a las organizativas. Sabemos que fue uno de los pioneros en llevar el Flamenco a los colegios o que ha publicado el libro sobre Eduardo de la Malena, pero queremos saber si le interesa la investigación, la autoría de letras flamencas, etc. Manuel nos confiesa que ama la obra de Joaquín Romero Murube y de Juan Ramón Jiménez, y la prosa lírica, pero no se siente letrista ni poeta, a pesar de que en alguna ocasión haya escrito letras como ésta que se grabó en uno de los discos de la ITEAF, por soleá de Triana: "Vente a Triana y verás / al Teta y al Arenero / cantando  por soleá". Nos dice que dispone de muchas horas de entrevistas grabadas a los viejos del Flamenco, desde La Piriñaca a Tragapanes. "Si de una de ellas -apunta con ilusión- salió el libro de Malena, fíjate los que podríamos sacar de ahí". Y nos convence desde luego cuando nos explica que ésa es una necesaria e interesante investigación, y no sólo la libresca o discográfica. Precisamente, Manuel no duda en afirmar que su labor en la ITEAF, cerca de los flamencos más necesitados y en precaria situación, es lo que más le llena de toda su trayectoria.

    Queremos conocer cómo llegó nuestro interlocutor al mundo del Flamenco:

M. H.. - A mi padre le gustaba mucho el cante. De adolescente, a mi pueblo iban las troupes -"los cantaores" le decíamos nosotros- y yo me arrimaba para escuchar porque desde entonces me gustaba el cante. Pero fue ya en Los Palacios, cuando conecto con "El Pozo de las Penas" y luego a través de la amistad con Antonio Mairena, con Pepa Montes, etc. cuando mi afición se acrecienta, llevado siempre por mi conciencia andaluza. Creo que amo el Flamenco no sólo por sus valores musicales intrínsecos, sino por su carácter andaluz, por ser seña fundamental de lo andaluz.  

  

    Le pedimos ahora al Director de la Bienal que haga su propia elección de artistas. Vemos, desde luego, que le gusta casi todo y que tiene muy buen gusto:

- Un cantaor:

- Antonio Mairena.

- Un tocaor:

- Manolo de Huelva, Paco y Manolo...

- Un artista del baile:

- Matilde Coral.

- De entre los jóvenes, un cantaor o cantaora:

- Esperanza Fernández.

- Un tocaor:

- Varios. Vicente Amigo, Silveria, Juan Carlos Romero...

- Un artista del baile:

- También varios: Israel Galván, Sara Baras, Belén Maya, la Yerbabuena...hay un plantel muy interesante.

- Un estilo del cante:

- Dos: la soleá y la seguiriya. La soleá es la condensación; la seguiriya, el dramatismo.

- Una letra.

- Tiro pieras por la calle / y a quien le dé que perdone, / tengo la cabeza loca / de tantas cavilaciones.

     Seguimos nuestra conversación en torno a la Bienal y su mundo:

J. C.: - ¿Es posible una relación entre Bienal y Educación?

M. H.: - Por lo pronto, la Universidad está presente a través de representantes en el Consejo Asesor de la Bienal. De todas formas, es Educación quien debe capitalizar el tema, por ejemplo se deben homologar los cursos que se den durante la Bienal.

J. C.: - Una pregunta curiosa y con cierta malicia, Manuel. ¿A quién darías antes una entrada para la Bienal, a una revista de Noruega o a la revista El Olivo?

M. H.: - Aquí no puedo hacer como Salomón: intentar partir la entrada a ver quién es el que más quiere a la Bienal. Así que debería haber otra alternativa. El Olivo sentiría más cercana la Bienal, más suya. Por contra, la revista de Noruega sería una voz que llevara la Bienal a los confines del Polo Norte. La salomónica solución que debería adoptar creo que sería pedir al Gabinete de Prensa un esfuerzo más y les daría una entrada a cada revista, ¿vale?

J. C.: - Otra que se las trae: ¿Qué tiene más mérito: organizar una Bienal con presupuesto abundante, medios de difusión al alcance, secretaria, un buen sueldo, etc., u organizar excelentes Semanas Culturales como las de Paradas, la Peña El Chozas, etc. sin esas condiciones?

M. H.: - Lo primero no lo sé. Te juro que no es mi caso. En ninguno de los aspectos, ni el presupuesto es abundante, más bien ridículo si se compara con otras manifestaciones musicales que se dan en Andalucía: óperas, orquestas sinfónicas, etc., etc.; ni tenemos secretarias a mansalva, sólo María José, una excelente colaboradora que une a su condición de periodista la eficacia de eventual secretaria; ni nadie cobra un buen sueldo, al menos lo que se entiende por sueldos millonarios -ya sabes que yo estoy en Comisión de Servicios-; eso sí, los medios nos tratáis muy bien. Luego, por otra parte, organizar una buena Semana Cultural es bien difícil, pero gratificante, los frutos se recogen más pronto. La Bienal es difícil y no tengo tan claro que sea tan gratificante de forma inmediata. Tal vez si conseguimos dotarla de infraestructura estable, la cosa varíe. ¡Y para bien!

J. C.: - Manuel, en Paradas hablaste del poeta Tagore, y decías que buscabas lo que no encuentras y encontrabas lo que no buscabas. ¿Qué es lo que buscas y no encuentras, si no es un secreto?

M. H.: - Busco que las Instituciones Públicas con competencia en Cultura -¡todas, ¿eh?, todas!- crean más en el Flamenco, como un arte original de Andalucía y único en el mundo. Que crean en sus enormes posibilidades y que lo apoyen como el mayor recurso que Andalucía puede ofrecer al concurso internacional de la Cultura sin complejo de ningún tipo. Y que la Bienal se convierta en la gran feria mundial de este arte.

J. C.: - ¿Qué balance harías de la Bienal de 1998?

M. H.: - La Bienal ha cumplido un ochenta por ciento de sus objetivos. Hemos hecho una oferta plural y amplia para representar la tradición y lo contemporáneo. Han estado los artistas que tenían que estar. No están todos los que son, pero son todos los que están. Los que no están no están por diversas circunstancias, o los proyectos ya estaban estrenados (excepto Sanlúcar y la oportunidad del homenaje a Lorca) o porque pensaban que tenían poco tiempo para montar una obra de categoría, etc.

J. C.: - ¿Lo más grato de la Bienal?

M. H: - Muchos momentos interesantes: la recuperación del Alcázar, momentos importantes en el Lope de Vega (José Antonio con Javier Barón, Eva, ¡Mira!), recuperar a Juan Valderrama, la guajira de Manolo Franco y Niño de Pura; en el Maestranza, momentos de grandísima altura (La Tirana, la popularidad de Paco de Lucía, a mí personalmente me ha gustado Misterios del Santo Rosario, donde la música culta rendía pleitesía a la música flamenca); el cante y el baile de Miguel Funi con Concha Vargas... Momentos muy buenos y muy variados, del mundo gitano o no gitano. Los cursos, los tangos de Matilde con Niño de Pura, Manolo Soler...

- J. C.: - ¿Lo más ingrato?

- M. H.: - La escasez de presupuesto, no tener garantía para hacer contratos de larga duración, la provisionalidad... Debe ser un provecho a largo plazo.

- J. C.: - ¿Y ahora qué?

- M. H.: - Tenemos compromiso un par de meses para liquidar y ordenar un poco esto. Hay intención de que sigamos. El esfuerzo ha sido grande, no hemos tenido ni un solo día de vacaciones este verano, se las hemos dedicado por el momento delicado... Debemos intentar que por Sevilla, Andalucía y el Flamenco, esto no se venga abajo. Hemos tenido un sesenta por ciento de aumento en presupues­to, espectáculos, espectadores, etc. Debe haber garantía de continuidad y presupuesto estable. Que no haya que mendigar a instituciones que no entienden el Flamenco. El Flamenco tiene una capacidad enorme de generar riqueza para Andalucía en todos los campos (industrial, de imagen, turismo, cultura...), es importante en el mundo de la cultura.

 

 

     Así acaba nuestra charla con Manuel Herrera Rodas, director de la Bienal de 1998, una Bienal, por cierto, que, como ilustra su cartel, de Joaquín Sáez, miró hacia el futuro, sin duda, pero, sabiendo cómo es Manuel Herrera, no dejó de mirar también a la ineludible tradición, algo que no pocos han añorado en muchos espectáculos de las pasadas Bienales. En el cartel vemos la Alameda de Hércules, y en los vértices el rostro de cuatro grandes del Flamenco (eso sí, todos gitanos, a gusto del pintor, me cuentan): Pastora Pavón, Tomás Pavón, Manolo Caracol y Antonio Mairena. El cuadro está dedicado a otro grande del Flamenco en el terreno de las letras y de la pintura, Moreno Galván.

    Una Bienal que cambia de manos. José L. Ortiz Nuevo fue, como dice Manuel Herrera, un hombre con imaginación, un poeta. Manuel Herrera tiene el reto de igualar sus aciertos, tal vez superarlos, y mejorar sus defectos. De todas formas, ya se sabe, un espectáculo tan variado y extenso como éste, nunca agradará a todos. Por ello, Manuel, manos a la obra y haz lo que creas que tienes que hacer. Seguro que acertarás y encontrarás lo que buscas, si no en ésta, sí en la próxima Bienal. Te agradecemos desde El Olivo la amabilidad de recibirnos y el gesto de citarnos y animarnos públicamente en uno de los mejores días de tu vida, en el homenaje que se te ofreció en Paradas en abril de este año. ¡Suerte, maestro!     

 

 

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