tradiciones
Cirios de verano
Por
Francisco Manuel Pérez Estepa
Post #2

Antaño se escuchaban soleares por doquier, en algún rincón de Sevilla, en especial Triana. El flamenco sigue estando presente en el día a día de la ciudad, ahora encorsetado como el propio centro de la pretérita Híspalis.  No se conserva con la gracia de tiempos lejanos, una vez más demostración de novelería de esta tierra, que olvida tan rápido como quiere. Y de un turismo gigantesco que se está comiendo la tierra de la gracia.

 

Error que tiene el Sevillano dejar morir en ocasiones, partes de nuestro legado. Caprichoso y antojadizo no recuerda que, Cirios somos y en cirios nos convertiremos, y sin embargo a muchos les produce alergia banal situarse en las filas penitentes,  siendo nazareno anónimos como siempre fue Sevilla, si no van acomodados en las presidencias y llevan el oro de las varas prendidos a sus manos. Hecho real que se puede extrapolar a cualquier campo de la sociedad actual.

 

Se ha convertido el centro de la ciudad en un museo, donde la abuela del barrio poco a poco dejara de visitar a los titulares de su hermandad cuando venga de la compra. Desapareciendo el culto, razón fundamental para la vida del barrio. ¿Está cambiando el concepto cofrade religioso y no nos estamos dando cuenta? ¿estamos en la última década de un cambio de concepto religioso?.

¿Se debe recuperar el sentido original? Esta claro que la ciudad duerme el olvido, buscando la modernidad. Cada vez buscando nuevos senderos difíciles de recuperar en los ritos de la ciudad. 

 

Se perdieron los patios de comedias que daban vida al centro, representaciones teatrales que hacían de espejo para la sociedad y el entretenimiento. Quizás con esas comedias… los que mandan en plaza nueva no hubiesen entragado la ciudad al turismo. Me acuerdo de otras procincias hermanas como tienen su tradición y la conservan como paño en oro. Aquí como tanto hay, que sobra de todo, se deja rebosar en el vaso de las riquezas cayendo al abandono. Hace falta esos corralones como los que había en la calle Mateos Gago y Alcazares, sus teatrillos y gente sevillana.

 

Que el cirio se siga cogiendo de forma anónima, y que la expo del 92, esa ciudad fantasma, le den vida moderna para no colapsar el centro y que los vecinos del lugar puedan seguir haciendo vida de hermandad.

Recuperar que en las plazoletas sigan jugando los niños al toro, sin complejos, para soñar torear una noche de verano en la Maestranza en las nocturnas sin caballos del ciclo Baratillero. Hay tanto por recuperar. Que todo queda en el descuido. Mirándose en el espejo de una ciudad de lo que fue. Y no de lo que es.

Querido nazareno anónimo, con amor y devoción, coge fuerte tu cirio y no dejes morir tu legado. Recupera las tradiciones que se perdieron y que la política respete la personalidad de la ciudad. Categórica de nuestro sentir para no ser un punto más de Europa por visitar como si fuese Venecia.

 

Penitente desconocido, deshila tu concebir de tradición, en tu cirio va prendido; Las letras del Pali, el cante por soleares, las comedias de Lope de Vega, San Fernando, los Seises, magnolias, azahar, los calentitos del postigo, Carmen, el Alcázar, Pura Concepción, heraldo, Cristóbal Colon, el cielo azul, el paseíllo maestrante…y algún que otro nostálgico quiere recuperar todo el legado de Sevilla…empezando por sus 19 puertas o postigos que amurallaban la ciudad. Tal vez el comienzo para recuperar el centro lleno de turismo, ardua labor de miles de nazarenos anónimos. 

 

Que con su cirio de verano, empiezan a andar hacia una nueva cuaresma. Para recuperar la gracia y chispa en cada esquina de nuestra tierra como Antoñito cofradías, con aquella conferencia del Ateneo, donde él sentado entre el publico se levanta, avanza por el pasillo, se va muy serio a la mesa del mismísimo don Esteban Bilbao, y tan campante se bebe el vaso de agua del conferenciante. El orador calla. La sala enmudece. Y se vuelve Antoñito al público, y da el más verdadero discurso que se pronunciara nunca en el Ateneo:

 

--¡Es que estaba fritito...!

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