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El negociado del yin y el yang.
Por
Redacción
Post #178

Nueva Novela de Eduardo Mendoza. Estrenada el 29 de octubre de 2019.

En la primavera de 1975, Franco tiene los días contados. Inquieto y estimulado por los nuevos aires de cambio y esperanza que comienzan a respirarse en España, Rufo Batalla planea su regreso a Barcelona. Cuando está a punto de abandonar Nueva York recibe una sugerente propuesta del príncipe Tadeusz Maria Clementij Tukuulo relacionado con su disparatado plan de reconquista del trono de Livonia, un país hoy inexistente.

A sabiendas de que Tukuulo aparece en su vida tan alegremente como desaparece y le manipula a su antojo, Rufo se deja llevar por su admiración y sincero afecto por el monarca y acepta una misión incierta en Oriente. Una vez allí, descubrirá que este no es el último ni el único destino de esta enloquecida aventura. 

Eduardo Mendoza prosigue la serie iniciada con El rey recibe, y recorre de forma extraordinariamente lúcida y con gran sentido del humor algunos momentos históricos, culturales y sociales del siglo XX, a partir de la peripecia personal del protagonista, el cumplidor Rufo Batalla. Su formalidad e insatisfacción son el contrapunto perfecto del formidable prínicpe Tukuulo, y su pintoresca relación es la puerta de entrada a un mundo absurdo en el que todo es posible. 

"En la corte imperial del Antiguo Japón existió un departamento ministerial consagrado al yin y yang. Este método de sistribución de las fuerzas que rigen el universo había entrado en el Japón, como casi todo, de la China y se le había atribuido tanta importancia que se le dedicó todo un sector administrativo, cuyas funciones eran nulas, pero cuya mera existencia honraba un concepto que encerrab en sí el orden del cosmos. El negociado de mi título alude a esta subdivisión gubernamental y también a la forma de gestionar las misteriosas fuerzas que nos llevan de un lado para otro. Según este principio, todo depende de un equilibrio, el envejecimiento se debe a la pérdida de terreno del yin con respecto al yang. Y como esto, todo. No hace falta añadir que a mí, como ateo y aficionado al fútbol, el concepto del yin y el yang me parece un disparate. Pero no ignoro que a su sombra se desarrollaron grandes civilizaciones". Eduardo Mendoza.

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