En esta ocasión vamos a desmontar un mito muy extendido entre la población. En primer lugar, no hay ningún alimento que engorde o adelgace. Muchas personas que tratan de perder peso, pasan de consumir pan blanco a tomar pan integral (las que no lo han eliminado de su dieta hipocalórica) porque piensan que les ayudará a perder más peso. Veamos por qué no es así.

Diferencias nutricionales entre pan blanco e integral. El pan blanco se realiza con harinas refinadas, es decir aquellas en las que se ha desprovisto al grano de sus capas externas (las que contienen la fibra y las vitaminas, principalmente). El pan integral (el de verdad) se elabora con harinas integrales, donde se ha molido el grano entero. Aunque los dos tienen la misma cantidad de calorías por cada 100 gramos, nutricionalmente son bastante diferentes, ya que el integral aporta fibra y otros compuestos (vitaminas y minerales) que no encontramos en el pan blanco.

Efectos sobre el organismo. Cuando ingerimos pan blanco, al tener harinas refinadas, nuestro organismo interpreta que estamos tomando hidratos de carbono de fácil digestión, con lo que nuestra glucemia e insulina aumentan rápidamente. Por el contrario, la ingesta de pan integral, por su alto contenido en fibra, ejerce efectos muy distintos en nuestro organismo: la absorción de los carbohidratos es mucho más lenta (evitando así picos de insulina) y produce mayor sensación de saciedad.

El pan integral no adelgaza. El concepto de que el pan integral adelgaza no es cierto tal cual. Es posible que este concepto provenga del efecto saciante del pan integral, que podría hacer que se ingiera menos cantidad. Sin embargo, a igualdad de peso, las calorías son muy similares (pudiendo incluso ser ligeramente superiores las del integral).

Pan integral de verdad. Normalmente el pan que se compra en la panadería y supermercados no es integral, es pan blanco salpicado con motas marrones. Está elaborado con harinas refinadas a las que se le añade una pequeña cantidad de salvado (la capa externa que se elimina del grano al refinarlo). Para que pueda considerarse verdaderamente integral debe estar elaborado con harina integral (y lo debe especificar en su etiqueta).

Incorpora alimentos integrales (pan, pasta o cereales) a tu alimentación, comprobando en su etiqueta que están elaborados con harinas integrales. ¡Mejorarán tu salud!