Nos encontramos ante un cruce entre la magnífica película de King Vidor El manantial, donde un arquitecto interpretado por Gary Cooper hace prevalecer su arte y su imaginación por encima de servidumbres mercantilistas, y la épica relación verdadera de Richard Wagner y su mecenas Luis II de Baviera, cuando éste, llevado por su infinita admiración, le propició construir su particular Valhalla, el Teatro de Bayreuth, concebido para celebrar y enaltecer su obra operística. Una admiración teñida de atracción romántica que aquí se traduce en el dominio y el control que una persona poderosa, o quizás una nación acostumbrada a serlo, ejerce irremediablemente sobre todo aquello que le llama la atención o de la que puede extraer algún beneficio.
Hay dos partes bien diferenciadas y separadas por un intermedio ilustrado por la música al piano compuesta e improvisada por Daniel Blumberg. En la primera asistimos fundamentalmente a esta relación de admiración y fuerza que se entabla entre el protagonista -Adrien Brody- y el mecenas a quien da vida un extraordinario Guy Pearce. En la segunda, menos lograda, aparece el personaje de la esposa del protagonista, agotada y lisiada por la guerra. Un papel que Felicity Jones aborda con delicadeza y pureza, pero que enturbia el leit motiv que hasta entonces tanto nos había fascinado, atrapado y conmovido.
Unas soluciones gráficas ciertamente novedosas y atractivas, y una banda sonora que ilustra a la perfección situaciones y personajes, casi psicoanalizándolos, completan un trabajo seguramente imperfecto en su ambición y desmesura emocional, casi como una exaltada función operística que simboliza el arte completo que tanto perseguía Wagner.
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USA-Reino Unido 2024
Dirección: Brady Corbet
Guion: Brady Corbet y Mona Fastvold
Fotografía: Lol Crawley
Música: Daniel Blumberg
Intérpretes: Adrien Brody, Felicity Jones, Guy Pearce, Joe Alwyn, Raffey Cassidy, Stacy Martin, Isaac de Bankole, Alessandro Nivola, Emma Laird, Ariane Labed, Jonathan Hyde.