Una edición más, los Reales Alcázares de Sevilla acogen este evento, que durante sus treinta y cinco años de historia ha recorrido escenarios tan variados como el Instituto Francés, el Salón Santo Tomás del Palacio Arzobispal y el Atrio de la Catedral; y siempre en estas mismas fechas, el puente de la Inmaculada.
Este año participan 19 conventos, siete de la capital y doce del resto de la Archidiócesis. La nómina de conventos de Sevilla es la siguiente: San Leandro (Agustinas), Santa Paula (Jerónimas), Santa Inés (Clarisas), San Clemente (Cistercienses), Madre de Dios (Dominicas), Santa Ana (Carmelitas) y Santa María de Jesús (Clarisas). De otras localidades de la Archidiócesis enviarán sus productos las Jerónimas de Constantina y de Morón, las Clarisas de Alcalá, Estepa, Marchena, Morón y Carmona, las Dominicas de Bormujos, Mercedarias Descalzas de Marchena y Osuna, las Concepcionistas Franciscanas de Osuna y las Carmelitas de Utrera.
Entre las novedades de este año destacan los dulces sin azúcar, además de las hojaldrinas de Estepa que tanto éxito tuvieron en la pasada edición. Además, este año se ofrecerán mantecados y magdalenas elaboradas por las Clarisas de Alcalá, y cocadas y pastas de las Clarisas de Morón, sin olvidar a las Dominicas de Madre de Dios, que han elaborado un dulce especial con una receta antigua en honor a las bodas de oro de la ordenación sacerdotal del Arzobispo de Sevilla, monseñor Asenjo.
Las monjas de clausura viven de su trabajo y de las limosnas que reciben, sin contar con la ayuda de subvenciones. Por ello, el objetivo de esta muestra y venta de dulces conventuales es dar a conocer los dulces elaborados por las monjas y recordar, que estas congregaciónes viven de su trabajo, y todos podemos ayudarlas a lo largo del año, adquiriendo estas delicias en el tornos de sus Monasterios, donde además se pueden encargar para celebraciones. En la actualidad, son 38 los conventos dedicados a la oración en Sevilla, y todos con un lema en común, Ora et Labora.