A través de “Caramelos y chicos malos”, José Antonio Vallejo nos invita una vez más a viajar de lo cotidiano y personal a lo trascendente y universal desde su mundo. Marcándose un punto de inflexión, revisa aquí las claves de su estilo: su reconocible imaginería, símbolos habituales y series temáticas. Todo ello ha experimentado ahora una suerte de fusión, logrando una mayor fuerza de impacto y forjando una poética visual tan íntimamente sujeta a las circunstancias personales del autor, como abiertamente familiar para los espectadores.