Obras del artista sevillano Daniel Bilbao.
La fuerza de Daniel Bilbao reside en la interiorización de un mundo personal que, siguiendo pautas rigurosas y ahondando en el conocimiento científico y tecnológico, nos ofrece un mundo bello donde la arquitectura, el arte y la innovación aparecen con coherencia y esplendor para sorprendernos en cada obra presentada.
Hay obras para la arquitectura racional, obras que ofrecen “blackboards”, diferentes nocturnos, ortografía y juegos de proyección ortogonal en plano vertical, puntas de plata y “water projects” en blanco o azul de factura bellísima.
Toda la muestra es un recorrido histórico de la arquitectura desde el siglo XX hasta Catar 2022 y su mundial con mucho más que futbol: Zaha Hadid, Albert Speer Jr., Norma Foster o Mark Fenwick y Javier Iribarren Hay signos de la Bauhaus: Gropius y Mies, sus divergencias, enfrentamientos, diferencias. Hay un vuelo especial a destacar, sobre la arquitectura de Richard Neutra, marcado por su visita primera a Japón, donde observó que las casas de los ricos poseían características parecidas a las de los pobres, surgiendo así su teoría sobre la vivienda “genérica”. Busca Neutra siempre, crear un vínculo íntimo con la naturaleza y a eso responden los paisajes creados e integrados con los edificios que pinta Daniel Bilbao en los que presenta en ocasiones, unos fondos negros que abrazan con pasión edificios de colores magníficos.
Hay todos los tamaños desde 8 x 18 cm hasta 80 x 220 cm. y todas las técnicas: sobre tela, sobre lino, plumilla, punta de plata, acuarela. Todo un conjunto de edificaciones remarcando formas y presencias muy tangibles. Muchos negros, ocres y verdes para enriquecer las casas levantadas sobre cimientos invisibles pero reales y necesarios para mantener las construcciones. Una concepción lumínica personal que nos transmite humanidad, magia, riqueza pictórica y un magisterio evidente en cada una de las obras presentadas.
Todo en la obra de Daniel Bilbao transmite una gran emoción, la emoción de un gran placer estético que transmite una belleza muy esencial a la que tienes que ser muy receptor el espectador ya sea para contemplar el cuadro o para decidir llevárselo a su casa.