La exposición, organizada de forma conjunta por el Ayuntamiento y la Fundación Unicaja, puede verse en el Centro Cultural de la Fundación Unicaja.

El filósofo Ibn Gabirol y el retratista Daniel Quintero son el eje de una exposición que une a estos dos personajes judíos y malagueños. Entre ambos personajes hay mil años de diferencia. La muestra que ahora presentan de manera conjunta el Área de Cultura del Ayuntamiento de Málaga y la Fundación Unicaja, enmarcada en el Milenario de Ibn Gabirol, en las salas del Centro Cultural de la Fundación Unicaja, recoge un minucioso trabajo del pintor y dibujante Daniel Quintero sobre la imagen del malaquí. La exposición, que será inaugurada esta tarde, ha sido presentada esta mañana por el alcalde de Málaga, Francisco de la Torre, acompañado de la concejala de Cultura, Noelia Losada; el director de Actuaciones Socio–Culturales de la Fundación Unicaja, Rafael Muñoz Zayas; los comisarios de la exposición, José Manuel Cabra de Luna y Mariano Vergara; y el propio artista  Daniel Quintero.

La exposición ‘Daniel Quintero. Ibn Gabirol. Milenario’ contiene 32 obras del pintor malagueño Daniel Quintero y gira sobre la figura de Salomón Ibn Gabirol, su entorno y las costumbres y la cultura de los judíos de la época. El pensador y poeta nació en Málaga en una fecha indeterminada, entre el año 1020 y 1022, y su obra dejó una gran influencia en pensadores y teólogos, como Guillermo de Auvernia, Alejandro de Hales o Santo Tomás de Aquino. 

La muestra cuenta con dos secciones: la primera bajo el título ‘Readaptar el pasado para el futuro’ presenta en forma de “pedagogía en imágenes” varios retratos imaginarios de personajes judíos históricos españoles tales como: Mosé Ibn Ezra, Yehuda Haleví, Abraham Ibn Daúd, Maimónides, Nahmánides, Benjamín de Tudela. La segunda sección de obras se abre en un abanico más amplio denominada: ‘De la memoria del pasado al presente’ y en ella, se simultanean los retratos de personajes judíos actuales junto a naturalezas muertas y paisajes relacionados con el mundo sefardí.

Daniel Quintero hace en esta exposición un auténtico ensayo de la tradición sefardí en la que está inserto, “profundizado en sus raíces conceptuales, en los objetos que en ella se usan, en su significado y simbología y en cómo se disponen para una celebración litúrgica. Sin olvidar tampoco el carácter simbólico de los colores que se utilizaban. Ha recuperado tejidos originales y estudiado sus complejas urdimbres. Ha profundizado el significado evocadoramente histórico de los alimentos que, en cada fiesta a celebrar, se utilizaban”, como señala Cabra de Luna.

El comisario también describe la exposición y señala que “la columna vertebral es la figura de Ibn Gabirol, poeta y filósofo nacido en Málaga entre 1020 / 1022 y de quien se conmemora el milenario. Ese personaje, de pequeño y torturado cuerpo pero de alma esplendente y que llevó al pensamiento de su tiempo a las más altas cotas de la lírica y del conocimiento filosófico  y del que abruma conocer su capacidad para, en tan corta como fue su vida, realizar una obra tan inconmensurable, ese personaje  -decimos-  es el hilo conductor de esta gavilla de cuadros  que quieren rendir homenaje  a ese otro modo de ser España, Sefarad.  La que podríamos llamar primera parte de la exposición, gira  sobre el entorno de Ibn Gabirol y comprende una serie de retratos de personajes ilustres de la cultura judía, muchos de ellos cronológicamente muy cercanos al propio Gabirol, que a sí mismo se nombraba “al malaqui”, el malagueño. Nos referimos a Mosé ibn Ezra, nacido en Granada entre 1055 /1060; Yehuda Ha Levi, natural de Tudela donde nació en el primer quinquenio de 1070; Abraham Ib Daud,  nacido en Córdoba en 1110 y que muere en Toledo en 1180. Y Benjamín de Tudela, nacido en 1130 y que muere en 1173. En este punto no es baladí traer a colación una referencia a la manera de trabajar el retrato de Daniel Quintero. No olvidemos que estamos de algún modo ante “retratos imaginarios”, pero rigurosamente tratados y trabajados. Al no existir testimonios gráficos, ni siquiera plásticos, de los personajes a “retratar,” con lo único que se podía contar  -y casi nunca-  era con una descripción literaria de la apariencia de la persona”.

IBN GABIROL O EL PERSONAJE DE LA SINAGOGA DE BAYONNE

Quintero no tiene modelos en los que fijarse para hacer sus retratos de ahí que el estudio para llegar al retrato de sus personajes es más complejo. El comisario sostiene que “así pues el artista, si no quería recurrir a una vaga idealización del personaje,  debía de valerse, para una mejor aproximación a la realidad posible de la figura, a un modelo que perteneciera a la misma comunidad, con homogeneidad de hábitos y  costumbres y  con estilos de vida similares para que, de alguna manera, esas raíces entre modelo y personaje se hincaran en la misma tierra y pertenecieran a plantas que se han alimentado de los mismos nutrientes. Así ocurrió, por ejemplo, con la propia imagen de Ibn Gabirol que se nos muestra en la exposición y que es “guía” de ella. Como ya he comentado en algún otro lugar, llevaba el artista varios años buscando quien, por algún secreto resorte, pudiera parecerse y, sobre todo, le evocara al Gabirol que, entre sueños había entrevisto y que, vivamente, se le representaba en su lucidez. Un día, hace pocos años, en una sinagoga de Bayonne, en la penumbra de un rincón emergió en pleno esplendor la figura pequeña y algo encorvada de un hombre con el rostro picado de viruela o de alguna dolencia similar (así se había definido el propio Ibn Gabirol). Aquel visitador del templo accedió a posar para Daniel Quintero cuando éste le contó su propósito, transformándose así en nuestra  imagen de Gabirol  ya para siempre. Por cierto que es hijo de padre tunecino, madre argelina y abuela española, apellidada Soler…”

Daniel Quintero aborda la tarea sin ayuda alguna de elementos técnicos, sino acudiendo al único auxilio del dibujo al natural, que es utilizado como elemento de apoyo. En todos sus trabajos, antes de abordar la pintura del rostro hace una investigación con el dibujo, unas veces con grafito y otras con carboncillo.