Comisariada por Gillermo Amaya Brenes
“Le Déjeuner sur l’herbe” fue la obra que dio a conocer a Édouard Manet de un día a otro. La causa, como suele ocurrir en la historia del arte, no fue la buena acogida que tuvo sino todo lo contrario. Esta obra fue rechazada en el Salón de París de 1863 (exposición oficial de la Academia de Bellas Artes de París) y expuesta en el Salon de Refusés (Salón de los rechazados), que surge como alternativa al hermetismo academicista de aquel momento.