De SANTIAGO YDÁÑEZ.
Muestra comisariada por Fernando Francés.
La exposición reunirá más de cuarenta obras de Santiago Ydáñez, entre acrílicos, diversos objetos intervenidos con sus dibujos y una taxidermia. La muestra consta de una selección de sus creaciones de los últimos diez años, donde podrán verse desde algunos de sus característicos rostros, a animales, nuevas obras basadas en referentes de la Historia del Arte, desmembramientos, escenas de soft porn con incursiones de animales o figuras desnudas femeninas. Estas, siempre, realizadas bajo la pincelada veloz y decidida que caracteriza a Ydáñez, con la que consigue la inconfundible belleza desgarradora de sus obras. El artista jienense oscila entre el expresionismo más intenso y el romanticismo más frágil.
El título de la exposición, El corazón manda, hace mención al lema de la fachada de La Casa de los Tiros de Granada. Cada imagen tiene su propio espíritu, en su obra, la imagen religiosa es familiar, con ojos de cristal, ambos paralizados, que rozan la irrealidad y la realidad, consiguiendo humanizar la imagen religiosa. A partir de 2002 evolucionó del mundo pictórico a las esculturas de animales disecados. Esta muestra contiene varias obras de temática animal, donde el tamaño del lienzo es vital. Un pequeño mosquito puede parecer realmente peligroso si la obra tiene más de 2 metros, o perros ladrando que parecen salir de la obra.
SOBRE EL AUTOR
Santiago Ydáñez (Jaén, 1967) es un reconocido artista gracias a sus inconfundibles lienzos de rostros, que pintó hasta 2005. Desde la pintura al óleo al uso del acrílico o al lenguaje del dibujo, sin ignorar la acuarela ni los recursos del arte gráfico, Ydáñez también se inspira y apoya en la fotografía como fuente de su obra. Coleccionista de objetos, que bien encuentra en mercadillos callejeros o en internet, son utilizados después por el artista para reflexionar sobre cualquier asunto trascendental con ironía, una de las claves de la belleza desgarradora latente en sus obras.
Estos objetos, muy variados, también son utilizados como pretexto para apoyar la temática de la pintura a la que acompañan. Ángeles sin alas; mujeres exaltadas como la virgen María, muestran su desnudez; o cuchillos junto otra, a la que se le acaba de practicar una autopsia, todas ellas parecen emitir un incesante grito silencioso. Y es que, Ydáñez, define su obra como “la sensación de mirar un abismo".