La exposición cuenta con una muestra de cien obras representativas de la pintura rusa, que serán renovadas anualmente.
El recorrido por las salas de exposición refleja el camino recorrido por una tradición pictórica que, como la propia cultura del país, se mueve entre la atracción por modelos europeos y la irreductible identidad rusa, y que revela, observada en este corte cronológico, una notable unidad de fondo. La muestra traza un arco que arranca en el siglo XVI con la ya larga tradición de los iconos y termina en el llamado Deshielo del régimen soviético, a mediados del siglo XX. Ilya Repin, Isaac Levitan, Vassily Kandinsky, Alexandr Rodchenko, Marc Chagall, Olga Rozanova y Alexandr Deineka son sólo algunos de los nombres que habitarán estas salas.