De ALEXANDRA FAVETTO
Un trabajo en 2 partes, técnicamente y artísticamente distintos el uno del otro, donde explora las 2 caras de la soledad: la fábula y el drama. En la primera parte, la fábula, vive la mujer del jardinero, una mujer que cuida de su jardín en un mundo árido y desértico donde todas las cosas luchan para sobrevivir. Siendo la única mujer de la tierra, llena su corazón cuidando de sus rosas. La rosa es el símbolo del amor, del cuidado y de las atenciones que la mujer reserva para sus seres queridos: las plantas, los animales, la naturaleza, su familia, si misma. También, es el símbolo del alma que necesita ser cultivada y alimentada para que se mantenga viva. En la segunda parte, el drama. La mujer vive la experiencia de la soledad, acompañada del mal y del sufrimiento. La mujer, una mujer cualquiera, conversa con sus vacíos y miedos con el fin de exorcizar las tinieblas de la oscuridad en la que se ve envuelta. El drama de la soledad es aquí el símbolo de un crecimiento interior, de un recorrido inevitable para llegar a la aceptación de uno mismo y ser totalmente libre.