Alarcón Criado presenta la segunda exposición individual de Iván Candeo en la galería, bajo el título "Hay un Goya en la sopa", cuya propuesta parte de la existencia de un número importante de pinturas atribuidas al artista Francisco de Goya, que fueron adquiridas como cuadros originales por coleccionistas privados o vendidas en mercados de segunda mano como obras auténticas del pintor español. Una situación que se hizo común en todo el mundo, especialmente en Francia, Italia, Austria y también en España o Venezuela.
Iván Candeo nos remite a los medios estratégicos mediante los cuales expertos, periodistas, críticos y coleccionistas dieron por buena la historia de la presencia de cuadros de Goya en Venezuela. Se interesa por el procedimiento de identificación de grafismos a modo de «microfirmas» y posterior certificación de los cuadros.
La exposición reúne toda una serie de dibujos, imágenes fotográficas y pinturas en los que elementos propios del aparato de legitimación de obras de arte (documentos legales, artículos de prensa, reflectografías infrarrojas, flechas y firmas relacionados con los Goya de Venezuela) quedan despojados de validez y evidencia científica, sustituyendo la función utilitaria que tienen las imágenes dentro del proceso de autentificación por una más simbólica, con las que poder identificar algunos rasgos distintivos de una época y contexto. Como bien señala en el texto que Iván de la Nuez le dedica a la muestra, "Goya es un estado mental de la cultura de Occidente, el adjetivo recurrente que mejor define sus consternaciones".
La muestra se completa con una instalación de dibujos a tinta china sobre hojas de agenda del año 2020 y la pieza titulada Un dólar, que como las obras dedicadas a los Goya de Venezuela, redunda en las fluctuaciones que se producen en el campo artístico sobre el valor material, monetario y simbólico.