Málaga tiene varios iconos paisajísticos singulares: una catedral manca -le falta una torre- y un faro con el género cambiado: La Farola.

El discurso expositivo se desarrolla mediante dos líneas argumentales complementarias: La Farola, lugar que orienta la mirada y define un espacio en el ámbito urbano y, ese mismo punto, como lugar desde el que se mira la ciudad.

El contenido expositivo procede en su totalidad de la Colección Fernández Rivero, una de las colecciones fotográficas más relevantes reunidas hasta la fecha en España. 

El contenido de la exposición es netamente fotográfico, aunque como complemento ilustrativo contará también con grabados y acuarelas originales anteriores a la imagen fotográfica de La Farola. Entre los materiales se incluyen las primeras imágenes que retratan el faro, hacia 1850, así como las piezas fundamentales de Clifford, Laurent y Martínez Sánchez, entre otros, que tienen como sujeto referencial el faro malagueño. El discurso expositivo se completa con vistas estereoscópicas y dispositivos para su visualización, uno de los grandes bloques temáticos de la Colección.

La colección fotográfica que inicia Juan Antonio Fernández Rivero en la década de los ochenta del pasado siglo —en un primer momento con una especial atención a la fotografía referida a Málaga en el siglo XIX, para completarse luego con numerosas piezas andaluzas, españolas e internacionales— se sitúa, a día de hoy, en la cabecera de las primeras colecciones privadas existentes en España. Fernández Rivero es también autor de numerosos libros sobre fotografía histórica. Su trayectoria como investigador y divulgador de este tipo de documentos históricos fotográficos queda reflejada en las numerosas exposiciones que, a partir de su colección, ha promovido en toda España. Fu él, asimismo, uno de los pioneros del movimiento coleccionista de antigüedades de la era digital, creando el ya mítico portal todocoleccion.