Del artista JOSÉ DODERO
José Dodero (Cádiz. 1989), podría decirse sin ambages, es heredero y discípulo de los grandes místicos del Siglo de Oro español. En su trabajo hay referencias a San Juan de la Cruz, a Santa Teresa y, cómo no, a los grandes artistas barrocos españoles de la época, como Zurbarán. Es un artista a contracorriente, si tenemos en cuenta los caminos por los que discurre el arte. Dodero huye de un cierto academicismo contemporáneo imperante. Es una “rara avis” de la pintura, alejándose deliberadamente de modos y tendencias, es reflexivo y honesto y no se permite ninguna concesión ni deja nada al azar. Su pintura es de un gran compromiso consigo mismo.
Su trabajo discurre por el fino alambre de la ambigüedad. No le gusta que las cosas le resulten obvias, ni para él, ni mucho menos para el espectador. Prefiere que este, por medio de la reflexión, empatice con su obra sin pistas ni concesiones. Prefiere que el espectador se adentre en esos espacios espirituales que, aunque privados, dejan un pequeño resquicio, como si de una puerta entreabierta se tratara, para que podamos observar, mirar, casi fisgonear, pudiendo tener la sensación de entrar como un intruso en un ámbito muy privado, en un mundo muy interior. Convencido de que el arte debe ayudarnos a buscar un conocimiento más profundo de nuestra existencia, crea un estado emocional que nos envuelve. Toda su obra está impregnada de una latente espiritualidad que él lleva muy a gala, quizás multiplicada por el porte y la actitud, no siempre serena, de los retratados.