La obra de Nicolás Muller, especialmente su mirada sobre Vejer de la Frontera, puede resultar un descubrimiento para algunos, aunque no es ajena a quienes conocen los grandes referentes fotográficos del país. Muller, nacido en Hungría en 1913, abandonó su país debido al avance nazi y falleció en España en 2000. Estudió Derecho y Ciencias Políticas, pero desde joven mostró interés en las condiciones de vida de los trabajadores rurales. Junto a otros compañeros fundó el grupo "Los descubridores de aldeas", dedicándose a documentar y denunciar las terribles condiciones laborales, lo que le valió hostigamiento y persecución por parte del gobierno húngaro.
En 1937, tras abandonar Hungría, se trasladó a Francia, donde adoptó la fotografía como profesión, y comenzó a trabajar con importantes medios franceses. Después de la declaración de guerra en 1939, se mudó a Portugal, donde fue encarcelado por fotografiar las malas condiciones laborales. Posteriormente se trasladó a Tánger (Marruecos), donde abrió su primer estudio fotográfico. En 1948 llegó a España y se instaló en Madrid, donde retrató a numerosos intelectuales de la época, y en 1961 obtuvo la ciudadanía española.
A lo largo de su carrera, Muller trabajó en diversos encargos, incluyendo la creación de libros para la editorial Clave, que buscaban ofrecer una visión atractiva de la sociedad española para el turismo. Como parte de estos trabajos, recorrió todo el país, incluyendo la provincia de Cádiz, y realizó fotografías en pueblos como Vejer de la Frontera. Aunque su estancia en Vejer fue breve, sus imágenes capturan la esencia de la localidad con una gran calidad artística y documental. Destacan por su composición equilibrada, el uso de diagonales que aportan movimiento, y el enfoque en las personas, incluso cuando ocupan un espacio pequeño en la imagen.
En particular, Muller se mostró orgulloso de su serie de fotografías del molino y el molinero de Vejer, así como de las dificultades del transporte de mercancías con animales de carga y los niños en su día a día. Sus imágenes ofrecen una perspectiva única y original, lo que convierte a esta colección en un valioso testimonio tanto artístico como documental.
La exposición actual se ha llevado a cabo gracias a la aportación de su hija, Ana Muller, y la colaboración del Archivo Regional de la Comunidad de Madrid, la asociación ArquitecturaparalaGente y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Vejer de la Frontera.