La exposición que presenta en el MVA La verdad y su doble es la primera antología visual de la poesía española contemporánea, en la que ha volcado su sensibilidad en la interpretación visual de modelos literarios. La mirada de María Alcantarilla ilumina dos planos convergentes de un mismo hecho creativo: la imagen poética y su traslación o correlación fotográfica. Fruto de esa visión conciliadora y de un vivo ejercicio de meditación, La verdad y su doble, constituye en contraste con otros recuentos y complicaciones afines, la que quizá sea la primera antología visual de la poesía española contemporánea. La exposición que nace ya de un libro previo, editado por Sonámbulos Ediciones y agotado, reúne las voces de treinta autores y autoras de diversas generaciones poéticas que han ido conformando el imaginario particular de la artista, fotógrafa y poeta, y cuyos textos revisados desde la cámara lúcida, recobran a través de este recorrido un nuevo marco de interpretación. “Veamos lo que somos y ofrecer la posibilidad de ampliar las perspectivas es, creo, una forma más de ir a la esencia. Por ello, La verdad del doble, también podría ser un reflejo en el sentido rilkeano: La historia de una vida sacudida sólo se puede contar en partes y fragmentos. El hecho de que los autores seleccionados en este trabajo alcancen apenas el medio centenar puede resultar caprichoso pero cierto es que son quienes han ido fraguando mi imaginario poético, los que han conformado una sensibilidad que tiende a la palabra pero también a visibilizar su significado a través de la imagen. Tanto poesía como fotografía son un campo abierto. Eso supone que no hay límites, pero sí horizonte. Supone asimismo la libre interpretación de quien se acerca y, por tanto, la posibilidad de compartir más ampliamente. Hacer una fotografía, decía Susan Sontag, es participar en la mortalidad, en la vulnerabilidad, en el cambio de otras personas (o cosas). A esta manera inconsciente o pueril de elegir los objetos sobre los que reflexionamos, algunos lo llaman mente presocrática. El resto sólo es literatura”.