De Pérez Isamendi. Un proyecto de dos pintores en común.
Si tuviéramos que definir qué es La Pintura, diríamos que es un crisol en el se dan cita las emociones más puras, la estética, la intuición y la ética, que resulta la forma menos razonable de ver el mundo, pero la de mayor bondad en los hombres y mujeres.
La creación de un universo que no existía antes de que el artista lo haya extraído de la observación de la naturaleza y le aporte algo de si mismo, en la búsqueda del enigma que la creación encierra y que La Pintura deja ver en contadas ocasiones.
Esta es la tarea de los pintores, conseguir conmover con algunas de las bellas situaciones que han vivido. En la medida en que puedan conseguirlo, La pintura se convertirá en el puente en el que nos encontraremos con aquellos que sientan en acordes semejantes.
Así piensan algunos pintores, así se esfuerzan tenazmente en la búsqueda de la complicidad más entusiasta. Este es el caso de la pintura de Pérez – Isamendi, el trabajo en la complicidad en la estética y en la ética.