Muestra fotográfica de Antonio Pérez Río.
Se trata de una serie de collages creados a partir de reproducciones fotográficas de pinturas de la colección del Rijksmuseum (Amsterdam). Las posibilidades de manipulación de la imagen digital permiten crear nuevas obras remezclando las piezas originales, inaugurando un nuevo museo, iconoclasta y fragmentado, en el que la autoría, el canon y la originalidad adquieren nuevos significados o son sencillamente expulsados del paraíso. Las obras son impresas sobre lienzo, volviendo al mundo físico en un formato clásico de las bellas artes.
El artista utiliza imágenes de dominio público y software gratuito y se transforma en un discjockey visual, en un explorador de asociaciones que provocan metamorfosis inesperadas en las obras de arte. El autor renuncia al control absoluto sobre el resultado de la obra y reduce su papel a una serie de operaciones elementales: seleccionar obras de la colección e introducir números en un procesador de imágenes. Los algoritmos trabajan sobre las imágenes de una manera objetiva, sin importarles su época, género o estilo. El resultado es una obra que utiliza imágenes para poner a prueba la percepción del espectador, una colección de imágenes visiblemente alteradas que desafía nociones tradicionales y ahonda de una manera poética e irónica en la naturaleza del arte.