Esta exposición plantea una reflexión sobre la máscara como elemento transformador de la representación de la figura humana en el arte moderno. Partiendo de un uso festivo tradicional vinculado al carnaval y al disfraz, que también se mantendrá en la vanguardia en los personajes de la Commedia dell’arte, la máscara comienza primero a asociarse a lo grotesco y a la muerte, en el fin de siglo XIX y con el antecedente de Goya, e irrumpe como referencia para el trabajo del rostro en la vanguardia, a partir de la influencia de máscaras etnográficas de culturas no europeas en los inicios del siglo XX. Rasgos simplificados, planos, ojos de cuencas vacías despersonalizan el rostro humano en movimientos como el cubismo, dadaísmo, expresionismo y surrealismo. Estas experiencias resultarán decisivas para el arte moderno, haciendo que la máscara deje de mostrarse como objeto y termine por asimilarse al propio rostro, cuestionando la identidad, la individualidad y la subjetividad.
La muestra reúne más de un centenar de piezas de artistas como Goya, Ensor, Gutiérrez Solana, Gargallo, Maruja Mallo, Picasso, Derain, Julio González, Oteiza, De Chirico, Modigliani o María Blanchard que componen una galería de rostros inquietantes, disfrazados, velados y desvelados, sobrenaturales, transfigurados y complejos, de mirada directa u ojos vacíos.