l título de la exposición Mujeres frente al mar, con 35 obras dispuestas en dos salas que comprenden óleos, dibujos sobre papel y lienzo, supone, según la comisaria “el tributo y homenaje del pintor a ese Mediterráneo que nunca le abandonó, que llevó impregnado en sus retinas junto a esa luz tan particular de Málaga que lo acompañó durante toda su vida a pesar de vivir en Madrid”. Lourdes Jiménez recoge en el texto escrito para esta exposición las palabras del propio Migorance: “¡yo he sido un malagueño en Madrid! Todo el mar Mediterráneo, la luz, las playas, las mujeres, todo eso lo he pintado en Madrid, porque siempre he pintado de memoria…”. Y sostienen la comisaria que “él mismo hablaba de cómo su propia pintura, era inclasificable, alejada de las corrientes vanguardistas y de todo lo que se hacía en su época”.
Las composiciones de estas figuras femeninas a la orilla del mar “están cargadas de una sensualidad sutil, de una carnalidad sin estridencias, cuerpos trabajados brillantemente bajo el pincel del maestro, con un dibujo imperceptivo, trazados a base de largas pinceladas, vibrantes al matizarse con el brillo del agua, con la mezcla infinita de colores y el empleo de luces y sombras que en algunos casos convierten casi en escultóricas a estas figuras, como en su Geómetra, 1979 o la inquietante Véneta, 1974. El pintor actualiza la tradición, evoca una lejana Arcadia en la que conviven los mitos y las personas, por la que podemos transitar nosotros como espectadores alejándonos por unos instantes de este mundo convulso en el que vivimos”, sostiene Lourdes Jiménez.