¿Qué sucede cuando los versos de diferentes poetas muestran su fisonomía plástica? Este es el punto de partida original de una exposición que se plantea el reto de liberar la caligrafía de su función habitual para ser leída, aproximándola a la experimentación, al juego y a las variaciones morfológicas de los signos caligráficos. Gema Martínez presenta unas obras de una sorprendente carga visual, donde el trazo, las texturas, la distorsión de las letras y su movimiento en el espacio crean composiciones de una sorprendente fuerza expresiva y enfrentan al espectador a otra forma de acercarse a la palabra. Los versos, casi siempre ilegibles, llegan de forma directa a través de la imagen en la que se han convertido, eluden la comprensión, anulan la posibilidad de una interpretación racional e invitan a una comunicación desde las vísceras.