La exposición reproduce 12 documentos escritos entre 1513 y 1671, entre ellos, la licencia del paso a Indias, por ejemplo. también se muestran los facsímiles de dos libros suyos, así como mapas y dibujos del siglo XVI.
Esta exposición aprovecha la riqueza documental del Archivo General de Indias (Sevilla) para llamar la atención sobre un perfil menos conocido de Nebrija: su relación con América. Esa relación es recuperada por una doble vía: la de su historia personal y la de sus obras. Por un lado, la propia familia de Nebrija fue, como otros españoles del siglo XVI, protagonista de viajes de exploración hacia América: además de su hijo, su nieto primogénito, llamado Antonio de Lebrija, exploró la costa americana de Santa Marta, en la actual Colombia, dio el nombre de Lebrija a un afluente del Magdalena y contó sus aventuras en una relación de Santa Marta, que se custodia en el Archivo de Indias. Este nieto de Nebrija es el hilo conductor de la exposición Nebrija en América.
Aunque Nebrija nunca estuvo en América, la realidad americana llegó muy pronto a los diccionarios gracias a la valentía de Nebrija, que incluyó la palabra caribeña canoa en su diccionario de 1494. La exposición desmonta también algunas creencias erróneas: se subraya cómo fue el latín, y no el castellano, la lengua que más protegió la monarquía hispánica en su administración educativa de las ciudades americanas y se subraya el peso de Nebrija en la educación latina de los primeros centros educativos americanos.
Igualmente, se muestra cómo las primeras gramáticas y diccionarios americanos se fundaron en la estructura de los diccionarios bilingües de Nebrija y su gramática del latín (Introductiones latinae, 1481), ya que su gramática sobre la lengua castellana (1492), tan famosa hoy, fue incomprendida en su tiempo.