Exposición de Okuda San Miguel.
“Dios aparecerá cuando todos nos pongamos de acuerdo” (Okuda San Miguel)
La relación entre el arte y la religión ha sido una constante en todas las civilizaciones a lo largo de la historia. Ha demostrado ser una eficaz fórmula para comunicar con claridad conceptos inabarcables (como la vida, la muerte o incluso el más allá…) y conseguir además una interpretación común de los mismos. Una suerte de viaje colectivo entre lo racional y lo irracional.
Esta simbiosis ha generado un inmenso legado visual que ha resultado determinante en la evolución de la historia del arte. Una inagotable fuente de símbolos que ha servido de referencia e inspiración para artistas de todas las épocas.
Okuda San Miguel, dentro de una línea de continuidad en relación a su lectura de los preceptos estéticos y simbología de diferentes culturas, nos propone una nueva y personal exploración de los símbolos del cristianismo.
Esta reinterpretación, por un lado, demuestra admiración por la capacidad de evocar anhelos existenciales a través de la estética de esta corriente; y, por otro, la conecta con los códigos visuales contemporáneos de una realidad y un momento histórico que necesita ser evaluado desde un nuevo prisma para entenderse, o por lo menos para poder justificarse.
Para Okuda, las religiones en el pasado y la estructura social actual nos han terminado por alejar de dios, quien en realidad habita dentro de cada individuo. Y en un momento y en una sociedad global cuyo sistema de valores nos desvía de lo espiritual, que apenas nos conecta sin de verdad llegar a unirnos, el individuo, muchas veces, se ve obligado a encontrar su propia fe.
El artista nos propone por tanto una suerte de okudismo, traducido en una reflexión sobre nuestra propia existencia desde la admiración por el valor del arte y su conexión con los valores de las religiones. Una personal visión de lo religioso y lo sacro desde la perspectiva de su conexión espiritual con el arte y el contexto histórico en la que esta tiene lugar.